César Mosquera, el edil que tutela la elaboración del PXOM desde hace una década, no parecía ayer muy dispuesto a obedecer un mandato plenario "que no lleva a nada; por mucho que pactemos entre nosotros, si la Xunta no modifica su postura no hay nada que hacer", insiste. Recuerda que en noviembre de 2011 los tres grupos municipales acordaron por unanimidad las líneas básicas del Plan pero "la Xunta no las aceptó y nos obligaba a comenzar de cero, con recortes de edificabilidad, mantener Ence como industrial, incluir el hospital de Monte Carrasco e incluir condiciones que van en contra del modelo de ciudad". Por eso, espetó a Moreira y a Louro que el único fin de este "acuerdo político" de ayer es "marcar territorio" por parte de cada grupo "pero nunca se podrá aprobar el documento". "Tenemos un PGOU que se puede modificar en cualquier momento, y tenemos un modelo de ciudad que funciona, por lo que el nuevo PXOM seguirá en el cajón hasta que haya un cambio en la normativa autonómica; en ese momento se retomará a toda velocidad". Por ello, el acuerdo de ayer "es una toma de posición legítima pero sin efectividad alguna".