Nadie albergaba ninguna duda y por eso Miguel Fernández Lores no tuvo ayer reparos en admitir que dentro de dos años volverá a ser, si no hay sorpresas, el cabeza de cartel del BNG para tratar de conseguir su quinto mandato consecutivo en el Concello. Para entonces ya sumará 16 años en la Alcaldía, pero asegura que "me siento avalado y dispuesto a seguir trabajando por Pontevedra. Ahora es cuando más hay que estar ahí". Así se manifestó ayer el alcalde al hacer balance del ecuador de su cuarta etapa en el sillón presidencial, un momento marcado casi en su totalidad por la crisis económica. A ella apela para justificar su intención de repetir y a ella se refiere para calificar estos dos últimos años como "muy intensos, una época muy similar al primer mandado (1999-2003) con decisiones importantes que tomar a causa de la situación tan cambiante, lo que nos hace estar al 120%".

Asegura que se encuentra "con más ímpetu que nunca, con la seguridad de que estamos respondiendo a una situación crítica que viene dada por decisiones ajenas a la política municipal", en concreto, "la modificación de la Constitución en 2010, la Ley de Estabilidad Presupuestaria, el techo de gasto, los recortes..., que hacen que nada sea igual que antes y hay que tomar decisiones para garantizar la salud financiera del Concello, los servicios y atender a las personas más necesitadas".

Al margen de la crisis, el segundo eje de este mandato es, a su juicio, la "consolidación del modelo de ciudad de Pontevedra y su reconocimiento internacional", con premios como el Intermodes. Precisamente ayer, Lores recibía a una delegación de la Cámara Municipal de Oliveira de Bairro, en Portugal, que acudió a Pontevedra a analizar un modelo que, según destacó el alcalde, "es de vanguardia, hecho para las personas. Estos reconocimientos nos dan ánimo para continuar en una linea que comenzó hace 14 años".

De nuevo con la crisis sobre la mesa, Fernández Lores recuperó su discurso de los últimos meses, basado en la "oposición frontal a los designios que nos marcan los mercados, la Unión Europea y el Estado" que provocan una situación "muy preocupante, aunque cada vez estoy más seguro de lo que estamos haciendo" con un "equipo capacitado".

Insiste en que "cada vez más miles de familias están en una situación límite y creo que aún no tocamos fondo, porque cada día me encuentro con un nuevo drama y no se ve la salida". Por eso, retoma su discurso de continuidad: "Vamos a estar ahí con un modelo que nos posiciona mejor para el futuro en una situación crítica pero en la que soy optimista" para seguir cuatro años más ya que "no es positivo limitar los mandatos y perder la experiencia".

Con respecto, a la relación con los socios del PSOE, Lores fue políticamente correcto: "El pacto de mandato, con las diferencias políticas conocidas y dentro de sus limitaciones, funciona bien y vamos a cumplir los objetivos". Sobre el PP, valoró estos dos últimos años con el argumento más reciente: "Es obvio que se limita a actuar de apagafuegos del PP y a defender sus intereses partidistas en lugar de los de los pontevedreses. Recordó sus graves episodios de discrepancias en el PP municipal, que derivaron en tres dimisiones, algo que "lamento porque no es bueno" y criticó al portavoz, Jacobo Moreira, que "es capaz de inmolarse en defensa de las posturas del PP, sean como sean y carece del respaldo unánime de su base social".