Los representantes de los trabajadores de Ence en Pontevedra comenzaron ayer las negociaciones en las que intentarán evitar los 39 despidos que la empresa plantea para la planta de Lourizán y para ello argumentan que "no tiene sentido" que la dirección les presente datos y previsiones de pérdidas en los próximos meses.

El representante del comité de empresa de los trabajadores de las oficinas centrales Javier Canabal ha advertido de que, en el caso de la fábrica pontevedresa, a esas 39 salidas se sumarían, de materializarse los planes de Ence, unos seis más correspondientes a empleados de oficina en los servicios centrales.

Este lunes, los directivos han presentado números actualizados de las previsiones económicas y el martes será el turno para la discusión de dicha documentación. Los representantes sindicales prevén reunirse por separado el miércoles para "sacar conclusiones" y Canabal estima que, entonces, habrá que convocar un nuevo encuentro, puesto que Ence fijó la fecha del 31 de mayo para concluir las negociaciones.

Javier Canabal ha indicado que los responsables de la firma pastera "plantean un futuro lleno de nubarrones" pero, a su juicio, el "único" obstáculo que está sobre la mesa es el cambio que adoptará el Gobierno en lo relativo al apartado energético.

Así las cosas, cuestiona que se mantenga la intención de despedir personal "cuando son públicos los beneficios extraordinarios" de las últimas fechas.

A los 39 despidos en Pontevedra y la media docena de Madrid hay que sumar otros 50 de la factoría que el grupo tiene en Huelva, así como 49 en Navia (Asturias) hasta sumar los 144 que se plantean en el ERE. Después de una amenaza de huelga en todo el grupo, ambas parte acordaron desconvocar el paro a finales de marzo y retirar el ERE con una fecha límite del 31 de mayo. El objetivo es que en este periodo de tiempo se abriese una negociación que permitiese llevar adelante las medidas de reducción de personal que quiere poner en práctica la empresa de la forma menos traumática posible, si es que los trabajadores aceptaban, finalmente, alguna reducción de personal, ya que el punto de partido en las negociaciones era no renunciar a ningún puesto de trabajo.

Los sindicatos se apoyan para justificar su negativa a la reducción de puestos de trabajo en que en el primer trimestre de este año la empresa obtuvo un beneficio neto de 13,1 millones de euros, el doble que en 2012, de modo que reclaman que no se aplique un ERE en una empresa con una plantilla de algo de 300 trabajadores.

Ventas y dividendos

Además, inciden en que en este periodo las ventas aumentaron un 8 por ciento y la facturación bruta de ENCE creció un 42 por ciento a la vez que la empresa repartió 16 millones de euros en dividendos a los accionistas y redujo su deuda financiera en un 43 por ciento.

Hoy continuarán las negociaciones. De no lograrse un acuerdo antes del 31 de abril, la empresa retomaría el ERE y los sindicatos podrían volver a convocar la huelga.