Los catorce municipios que conforman la comarca de Pontevedra han experimentado en la última década un alarmante incremento en su índice de envejecimiento (que vincula el número de jubilados con el censo de menores de 20 años) que se ha traducido un en un aumento de la edad media de la población (por encima ya de los 45 años) y un drástico descenso del censo de menores de 20 años, según los últimos datos oficiales del Instituto Galego de Estatística (IGE).

Pese a que esta comarca se mantiene entre las más dinámicas, demográficamente hablando, de Galicia, si hace una década había 131 jubilados (mayores de 65 años) por cada cien menores de 20 años, ahora la relación es de 156 por cada cien, lo que supone un destacado aumento del 20% y que sitúa a la comarca por encima de la ya muy preocupante media gallega, cuyo índice es de 145.

De hecho, solo tres municipios (Poio, Pontevedra y Marín) presentan una tasa positiva, con más jóvenes que jubilados, pero en los tres casos se ha producido en esta última década un llamativo crecimiento del índice de envejecimiento. En la capital se sitúa actualmente en 93,2, un 22% más que en 2003, unas cifras muy similares a Marín, mientras que Poio resiste como el municipio "más joven" de la comarca, con la más baja media de edad (41,1 años), y 85,6 jubilados por cada cien menores de 20 años, una tasa que ha crecido un 21% en una década.

Los otros once municipios ya presentan un balance más desalentador, con más ancianos que jóvenes en todos los casos, con ejemplos extremos como los de Cuntis, Cotobade y, sobre todo, Campo Lameiro y A Lama, con una tasa por encima de 200 en todos los casos. Los dos últimos concellos citados son, con diferencia, los que cuentan con una población de más edad. En ambos territorios la edad media está por encima de los cincuenta años y apenas en 12% de la población tiene menos de 20 años, hasta el punto de que por cada cien jóvenes hay 256 jubilados en Campo Lameiro y 262 en A Lama. Cutis se aproxima peligrosamente a esos límites, al registrar una media de edad de 48,3 años (tres más que hace una década) y un 13% de incremento de la índice de envejecimiento.

Pese a estos casos extremos, los municipios que en esta década más han contribuido a elevar la tasa de envejecimiento son, curiosamente, los más poblados, quizás debido a que en los concellos del interior no se produce siquiera un relevo generacional y no hay "sustitutos" para los mayores que van falleciendo.

Este fenómeno se aprecia en la evolución del porcentaje de mayores de 65 años a lo largo de esta década. Si en 2003 el 21,6% de la población se incluía en esa franja de edad, en la actualidad ya son el 23,5%, lo que supone un incremento del 9% y que sitúa a la comarca por encima de la media gallega del 22,9%. Por debajo de esta media se sitúan Poio, Pontevedra, Marín, Sanxenxo, Caldas y Barro, mientras que en el extremo contrario es especialmente destacado los casos de Campo Lameiro y A Lama, con casi un tercio de su población, mayor de 65 años. Si se acude al denominado "índice de sobreenvejecimiento" que detalla el número de personas de más de 84 años por cada cien habitantes de más de 64, resulta que en Campo Lameiro, 18 de cada cien jubilados está por encima de esa edad, cuando hace una década eran apenas 11. En Pontevedra capital son 15 frente a los 12 de 2003.