El futuro del Mercado no solo depende de que los vendedores mejoren sus hábitos o modernicen sus costumbres, sino también de medidas concretas que debe activar la Concejalía de Promoción Económica que dirige Carlota Román. Se trata de la subasta para adjudicar los puestos vacantes y el destino que recibirá la planta alta, semivacía desde hace tiempo.

Ambos asuntos han generado debate e incluso polémica, con opiniones distintas entre los vendedores, entre otras razones por estar agrupados en dos asociaciones.

En todo caso, ambas coinciden en la necesidad de que se agilice ese proceso. La Asociación de Profesionales de la Praza de Abastos ha mostrado su opinión al respecto en un comunicado donde destacan un "lucha por la reorganización de los puestos ya que entendemos que una dinamización comercial es imposible con una Plaza con los puestos vacíos". Este colectivo quiere hacer valer la ordenanza municipal del Mercado "donde se especifica claramente que los puestos no pueden permanecer vacantes ilimitadamente, perdiéndose de esa manera la concesión". Defienden que haya libre concurrencia si bien los concesionarios lindantes tendrán derecho de tanteo y retracto.

Otro aspecto donde no hay posturas unánimes es en el uso de la planta alta, si bien una de las últimas iniciativas de Román, de aprovecharla como sala de exposiciones, no parece cuajar entre los usuarios, que dudan de que esa oferta atraiga a clientes. De hecho, se ha detectado que los pocos visitantes a la exposición se limitan a subir a la planta alta para contemplarla y no aprovechan para comprar en la baja.

De este modo, continua la incógnita sobre el uso final de ese amplio espacio, cada vez menos ocupado. Durante años se barajaron numerosas propuestas, desde su supermercado a un conjunto de comercios de exquisiteces culinarias, pero nada ha cuajado todavía.