Pepe Viyuela interpreta a un personaje encerrado en el escenario que lucha por encontrar la salida en "La encerrona", montaje con el que el actor llega al Centro Cultural de Pontevedra esta noche a las 20.30h con entradas a partir de 14 euros. Según el popular artista, se trata de un espectáculo de clown inspirado en las cosas cotidianas y en su propia experiencia, con un objetivo: hacer reír al público.

-Se mete en la piel de un clown para reflexionar sobre las cosas cotidianas.

-Es una metáfora de lo que somos nosotros mismos en la vida: llegamos y de pronto tenemos que empezar a defendernos como podamos. Es un espectáculo de payaso para que el público disfrute como yo haciéndolo porque no ha habido nada profesionalmente que me lo haya hecho pasar tan bien.

-¿Por qué?

-Porque es absolutamente personal. Desde el primer minuto hasta el último son cosas que han pasado por mí y por la gente que me rodea, porque es un personaje que ha nacido de mí, de la experiencia, de lo que he ido aprendiendo en estos años y que vuelco en escena. Es el espectáculo en el que me siento más libre.

-O sea, de encerrado nada.

-Yo creo que hay un momento en que el personaje no se iría nunca del escenario porque ha encontrado su sitio.

-Lo mismo que os pasa a los actores con el teatro...

-Si. Es imposible obtener la satisfacción que obtienes en el teatro en ningún otro sitio porque en el teatro el público viene porque quiere verte y tú actúas para ellos en ese momento y cada función es única. Yo sigo sintiendo mucho vértigo cuando salgo al escenario. Con "La encerrona" muchísimo más porque como estoy solo no tengo con quién compartir esa sensación, ese miedo. Hacer comedia es muy arriesgado porque no sabes cómo va a reaccionar el público en cada función. Y por ese sentimiento de que el teatro es como la vida, es por lo que los actores lo preferimos a otras cosas.

-¿Podemos reírnos de todo?

-Humor se puede hacer de casi todo, pero hay cosas que no tienen gracia. El humor es necesario porque nos libera pero yo sería incapaz de hacerlo, por ejemplo, con el caso de las chicas secuestradas en Cleveland.

-La situación difícil que vivimos, ¿está haciendo que perdamos el sentido del humor?

-Creo que no, creo que de estas circunstancias sale reforzado. El sentido del humor no debe ser narcotizante, no debe adormecernos sino despertarnos, ayudarnos a afrontar las situaciones difíciles de una forma más inteligente y más flexible.

-¿Y qué papel juega el clown?

-El payaso es una especie de salsa que nos permite digerir situaciones que de otra manera no podríamos o a veces sirve como purgante, haciéndonos vomitar, sacar lo que de otra manera no podríamos. Los bufones, los payasos, la comedia socialmente juegan un papel liberador. Si la sociedad sigue existiendo es porque existe el sentido del humor. Si no existiera, es mi teoría, ya nos habríamos matado unos a otros porque cuando uno tiene gracia no solo se salva o se libera sino que también está contagiando a los demás. Los cómicos tenemos un papel conciliador con esa otra parte agreste del ser humano.

-Supongo que tras ocho años encarnando a Chema en "Aída" se le coge cariño al personaje.

-Le tengo mucho afecto. Normalmente, los actores vivimos con los personajes bastante poco y en teatro, cuando le estás cogiendo cariño tienes que separarte de él porque se acaba. El día que se acabe me va a dar mucha pena porque ocupa un lugar muy importante en la galería de personajes y porque de los que me queda por hacer ninguno va a ser tan longevo.