Tal y como estaba previsto, los camiones cargados de material (productos geotextiles, arena...) comenzaron a llegar a primera hora de la mañana para depositar su carga en las inmediaciones del yacimiento, tarea que afecta en determinados momentos al tráfico por Beiramar. Operarios de la empresa Eiriña, contratada por el Concello para realizar esta labor, vigilados muy de cerca por un equipo de arqueólogos, empezaron de inmediato a "esconder" el 40% de los restos que se destaparon en 2006 y que desde entonces permanecían a la intemperie, mientras el gobierno local decidía si empleaba o no 10 millones de euros en crear el Museo da Historia. La crisis se llevó por delante este proyecto pero el yacimiento exigía algún tipo de actuación. Se optó por su cubierta para crear una zona verde, pero la obra se demoró más de lo deseable.

Finalmente se acordó cubrir el 40% de los restos, dejando al aire aquellas piezas de más valor (los arcos del puente de O Burgo y tramos de los antiguos muelles, entre ellos) para estudiar una actuación específica y negociar nuevos permisos con el Xacobeo, ya que se trata de una parte del Camiño Portugués a Compostela.

Tras tareas previas de limpieza, nuevos estudios, toma de fotografías y un escaneado en tres dimensiones de los importantes hallazgos allí localizados, finalmente ayer comenzó la "fase crítica" de todo el proceso: volver a cubrir la zona. Para ello se protegen las piezas con material geotextil y después se depositan toneladas de arena, que soportarán finalmente una capa de césped.

La actuación resulta muy llamativa y ayer eran mucho los curiosos que se acercaron a observar los trabajos y, de paso, echar un último vistazo a unos restos que probablemente no vuelvan a ser desenterrados en años. Eso sí, quedará una muestra para nuevos estudios y posibles actuaciones futuras.

La previsión es que estos trabajos para cubrir parcialmente la plaza se prolonguen durante un mes, a tiempo para que estén listas en verano, aunque al ritmo de cómo se trabajaba ayer no se descarta que se puedan adelantar incluso los plazos, algo que sería inédito en la tortuosa historia reciente de García Escudero.