Un salario "mileurista" que hasta hace apenas cuatro años era signo de precariedad se ha mutado en un objetivo inalcanzable, al menos hasta el 2016, para el grueso de los trabajadores del comercio (de alimentación y textil) y la hostelería de Pontevedra a tenor de los convenios provinciales recientemente firmados y cuya negociación se realizó bajo la espada de Damocles de la ultraactividad contemplada en la reforma laboral. Cláusula que recoge que si en un plazo determinado las partes no renuevan el convenio, los empleadores tienen manos libres para establecer las condiciones de trabajo que consideren oportunas (horarios, salarios, modificación de la jornada laboral...) con el único suelo de los mínimos fijados en el Estatuto de los Trabajadores pro ley.

Más de 32.000 trabajadores de la provincia están sujetos y bajo el amparo de los citados tres convenios lo que no quiere decir que sean todos pues, tal como advierten los sindicatos y conoce la Inspección de Trabajo, ambos sectores y de manera muy especial la hostelería es un nicho de empleo "sumergido".

Los tres acuerdos laborales citados (hay otros seis sectoriales del comercio en fase de negociación) implican, en principio, la paz social en sus respectivas áreas de trabajo hasta el 31 de diciembre de 2015 y aunque introducen algunas mejoras sociales y un "blindaje" para evitar los plazos reglados por la reforma laboral (ultraactividad) para futuras negociaciones, en todos ellos las subidas salariales incluidas son mínimas, cuando no anecdóticas.

Partiendo de un salario medio de 850 euros brutos al mes, los trabajadores del subsector del comercio de la alimentación firmaron su nuevo marco de relaciones laborales tras la convocatoria de una huelga en Semana Santa, de la que se celebró.

Este pulso mantenido por más de 15.000 trabajadores en la provincia, y apoyado por los sindicatos CC.OO, UGT y CIG, se saldó, desde un punto de vista salarial con una congelación para el año 2012 (0%), un incremento del 0,25% en este año y un 1% en el 2014 y otro tanto en el 2015.

La pasada semana se firmaron los convenios provinciales del subsector del comercio textil y de hostelería. El primero de ellos da cobertura a 4.000 empleados y fue firmado por los tres sindicato. Sus nóminas, que se sitúan en el caso de un dependiente de tienda en torno a los 890 euros brutos mensuales, son las que se verán más mejoradas y aún así el nuevo convenio sanciona la congelación salarial que de hecho se produjo e pasado año; un incremento del 1% en los años 2013, 2014 y 2015. Para el último año se incluye una cláusula de revisión salarial al IPC real.

Un sector complicado

Por su parte los trabajadores del sector hostelero de Pontevedra son, de los tres sectores citados, los que afrontan un presente y futuro salarial más sombrío, ya que el convenio que se acaba de firmar -lleva las rúbricas de UGT y CC.OO- contempla una congelación (incremento cero) para los pasados años 2011 y 2012 y subidas lineales de 75 euros anuales en el actual ejercicio; de 225 euros en el año 2014 y de 375 en el último de vigencia, el 2015. La suma de todos los incrementos hará que el salario medio vigente, cifrado ahora en 897 euros brutos al mes "alcance" los 944.

La hostelería "es una selva y aunque el convenio sea malo es mejor esto que no haya regulación" señala el portavoz de la Federación de Comercio de UGT, Carlos Esperón, que recuerda que en este ámbito la estacionalidad condiciona la contratación y además abundan las jornadas a tiempo parcial.

La excepción en cuanto a estabilidad laboral y emolumentos la constituyen determinados profesionales cualificados como pueden ser los cocineros o los jefes de sala.