Pioneros de mil cosas somos en Marín donde, con la misma facilidad que inventamos e instituimos acontecimientos más o menos importantes, a los dos días quedan en el olvido. Lo curioso es que, similares actividades se copian en otras localidades donde el éxito y la continuidad es total mientras aquí se quedan en simple recuerdo. Es el caso de, por ejemplo, las jornadas y concursos de "tapas" en los bares. Aquí fue una de las primeras experiencias que empezó bien y acabó diluída mientras en los alrededores son un éxito. O el salón de las bodas del que Marín fue pionero y se ha dejado pisar por otro, en Pontevedra mismo, cuyos organizadores se permitieron el lujo de asegurar que solo en la capital y en Vigo se organiza semejante oferta comercial. Las fiestas gastronómicas o las ferias de modas con desfiles de modelos que se montaron aquí con mucho éxito, se fueron al garete o se quedaron en casi nada dando paso a otros eventos similares fuera de aquí donde por lo que se ve somos operarios de todo y maestros de nada.

Veteranos marineros