Las estrategias de prevención y control dan resultado y si en 2003 se produjeron 99 víctimas de accidentes de tráfico en las vías urbanas e interurbanas de la provincia, esa cifra descendió durante el pasado año hasta 49 (35 en carreteras de la demarcación de la Guardia Civil). En casi la mitad de los casos las personas fallecidas habían bebido alcohol.

Y es que se trata de una de las infracciones más frecuentes y durante el pasado año la Guardia Civil denunció a 5.532 personas, casi 15 por día, por dar positivo en consumo de alcohol, lo que supone "un ligero incremento" con respecto a años anteriores, señala Leovigildo Villares, capitán del Subsector de Tráfico de Pontevedra.

A mayores de estas denuncias, la Guardia Civil imputó a 924 personas que presentaban una tasa superior a 0,60 miligramos por litro de aire espirado, algo que según en el nuevo Código Penal es constitutivo de delito, lo que supone casi tres personas por día.

Villares participó ayer con el subdelegado del Gobierno, Antonio Coello, y con la jefa provincial de Tráfico, María Victoria Gómez, en la Comisión Provincial de Seguridad Vial y, al hacer balance de las incidencias en las vías de su demarcación, señaló que se presentaron un total de 64.673 denuncias.

La gran mayoría se corresponden a velocidad excesiva (un total de 35.742 conductores, de ellas cerca de 25.000 en vías convencionales), seguidas de las presentadas por alcohol y los positivos en drogas.

Durante el pasado año 220 personas dieron positivo en el narcotest. Se trata del 65,8% de los conductores sometidos a esta prueba.

La mayoría (un 47%) dio positivo por cocaína, un 40% por opiáceos y el 20% por cánnabis.

Tras la velocidad y el consumo de alcohol y drogas, la infracción más recuente es la referencia a los elementos de seguridad: 5.437 personas no llevaban cinturón de seguridad; en 213 casos el coche no disponía de los necesarios sistemas de retención infantil y en 120 casos los motoristas conducían sin casco.

Finalmente, se presentaron 3.475 denuncias por conductas que provocan distracción, básicamente por conducir hablando por el móvil, lo que supone un sensible incremento (del 12%) con respecto a las cifras contabilizadas en años anteriores.

Y si en general han descendido las víctimas mortales en las carreteras y se constata una cada vez mayor concienciación en, por ejemplo, la utilización del casco, no sucede lo mismo en el caso de los atropellos. Así, los responsables de Tráfico expresaron su preocupación porque se hayan producido 6 muertes a lo largo de 2012 por esta causa, 2 más que en el año anterior.

Antonio Coello explicó que la dispersión poblacional "complica este problema", que afecta especialmente a "gente mayor que se desplaza por las carreteras para llegar a las fincas etc". Anunció que el próximo otoño se pondrá en marcha una campaña de sensibilización a la población rural que incluirá el reparto en toda Galicia de 20.000 chalecos reflectantes donados por la Xunta.

Por lo que respecta a las carreteras que registran más accidentes, son la A-55, si bien es la nacional 550 en la que se han registrado más víctimas mortales.