"Todo fue como en una película", explicaba el propietario del vehículo que fue robado a primera hora de ayer por la pareja que se encontraba fugada desde el pasado sábado después de cometer varios delitos por la comarca de O Salnés. Horas después del suceso y ya más tranquilo, el hombre reconocía que, en el momento de los hechos, su única preocupación había sido su hijo de siete años quien, junto a su prima, otra menor de 17 de años, se encontraba dentro del coche en el momento del robo.

Como cada mañana, el hombre acudió sobre las 8.30 horas a a llevar a su hija de tres años a la guardería "Pasitos", situada en la calle Rosalía de Castro, La víctima del robo estacionó el vehículo con la llave puesta a apenas unos diez metros del centro, dejando en su interior a los otros dos menores.

Fue en el momento en que el hombre recorrió esa corta distancia hacia la guardería cuando la pareja de fugados aprovechó para, a punta de cuchillo, amenazar a la adolescente que, tras ser forzada por el brazo por la mujer y que ésta le espetara "sal de aquí", abandonó despavorida el vehículo junto al otro menor.

"Escuchamos gritos y nos acercamos", recordaba, por su parte, la educadora del centro y testigo de lo ocurrido, Miriam García. La joven rememoró cómo el desconcierto inicial se acentuó cuando vio como los dos menores salían corriendo hacia la guardería mientras proferían gritos. "Cuando vimos el coche moverse, lo primero que pensamos es que habían tocado el freno de mano", explicó la cuidadora. "Fue todo muy rápido", añadió. Sin embargo, tras una "maniobra brusca" los ladrones se incorporaron a la circulación y se marcharon en dirección Mollabao. La escena alarmó a los padres que a esa misma hora estaban llevando a sus hijos hasta el centro.

Identificados

Minutos después, hasta el lugar se personaron varios agentes de la Policía Local que enseñaron a la joven adolescente una foto de la pareja fugitiva, unos rostros que la menor identificó al instante como los autores del robo. Horas más tarde, sobre las 14.00 horas, aún eran muchos los padres que se mostraban incrédulos ante estos hechos. Entre estos, se encontraba la cuñada de la víctima del robo, quien tras recoger a su sobrina manifestaba su alivio. "Gracias a Dios, no ocurrió nada grave", manifestó.

En cualquier caso, algunos de los padres recordaban como hace unos días varios agentes de la policía secreta había recorrido diferentes lugares públicos repartiendo fotos de la pareja de fugitivos y advirtiendo a los vecinos de que era posible que se encontrara por la zona.