"Desde su lápida en Tomonde, y a través de las nieblas, Antonio Rodríguez Fraiz vigila y sigue cuidando de Campañó y, desde allí, más allá y por los mares a las Galicias de América". José Manuel Cabada Álvarez, biógrafo del que fue conocido como "El cura de Campañó", no duda de que la labor de este sacerdote no murió con él sino que continúa vigente.

Él fue uno de los invitados, ayer, a analizar la vida y obra de Antonio Rodríguez Fraiz, uno de los pioneros del uso del gallego en la liturgia, en la mesa redonda organizada por el Museo con motivo del nacimiento de este cura que protagonizó un hecho histórico: el 25 de julio de 1961 ofició una misa en Buenos Aires en memoria de Castelao y en la que todas las lecturas que no era obligatorio pronunciar en latín fueron traducidas a nuestro idioma.

En la mesa redonda, que encabezó la diputada provincial de Cultura, Ana Isabel Vázquez, también tomaron parte el alcalde de Cerdedo, Silvestre José Balseiros Guinarte, el director del Museo do Pobo Galego, Carlos García Martínez, y su homólogo del Museo de Pontevedra, José Carlos Valle Pérez.

Todos ellos abordaron diferentes facetas de este sacerdote que ofició durante 45 años en la parroquia de Campañó y que se destacó por su amor por la cultura gallega, la investigación, la defensa del patrimonio etc y que trabó amistad con figuras como Filgueira Valverde o Cunqueiro.

Además de colaborar activamente con las investigaciones del Museo, durante su rectoría fue restaurada la iglesia de Cervás y la capilla de Nuestra Señora de la Merced de Chanteiro, que había sido quemada, así como la parroquial de Campañó y la ermita de Santo Paio.