El Seprona de Pontevedra también puso su granito de arena en la denominada Operación Opson, que se desarrolló justo antes de las pasadas navidades y que permitió retirar de mercado más de 47.000 alimentos que las autoridades temen que se pudieran encontrar en mal estado o incluso pudieran ser perjudiciales para la salud.

Los agentes se incautaron en las inspecciones realizadas en Pontevedra de 36 refrescos, más de 14.000 golosinas y caramelos que pudieran ser peligrosos, 6 kilos de barritas de chocolate, 22 kilos de caramelos, 60 de galletas variadas, 100 kilos de gominolas, 800 de nécoras o 10 kilos de bombones, entre otros.

El objetivo del operativo era detectar la falsificación de etiquetados y denominaciones de origen, la adulteración y venta de productos caducados o en mal estado y el transporte, distribución y almacenaje de alimentos sin control sanitario o sin respetar otros requisitos legales. En algunos casos se encontraron dulces para niños con alto contenido de alcohol, por ejemplo.