La variante de Marín cumple hoy diez meses de pleno funcionamiento desde que se completó su trazado con la apertura del tramo pontevedrés en julio pasado. Aunque este vial ya se pudo utilizar en el verano pasado, apenas era conocido, por lo que será en los próximos meses cuando atraviese su "prueba de fuego" con la llegada de la temporada de playas, toda vez que es la conexión más directa entre Pontevedra y los arenales de Bueu y Cangas.

Por el momento, este corredor alcanza una intensidad media diaria de 6.500 vehículos, según datos oficiales de la Axencia Galega de Infraestructura, lo que supone casi triplicar los 2.700 que apenas circulaban de media por el vial entre O Regueiriño y Ardán, antes de que se completara su trazado por Mollabao, hasta Pontevedra. En esa primera etapa sus más altas cifras se alcanzaron en agosto de 2011, con apenas 3.600 automóviles. El vial desemboca ahora en un nudo al borde de la ría que ha sido cuestionado por todos (incluso por la actual Xunta) pero que no pudo modificarse ante la negativa del Ministerio de Fomento, que abonó la mitad de esa conexión para mejorar los carriles de entrada y salida desde la autovía de Marín.

Durante seis años (entre 2006 y 2012) solo estuvo en funcionamiento el primer tramo, sin salidas naturales, lo que convirtió a esta carretera en una de las menos utilizadas de la provincia. En julio de 2012 se puso en servicio el segundo tramo, que completó todo el recorrido, y la Xunta calculó que absorbería unos 9.000 vehículos diarios, en buena parte retirados del casco urbano de Marín. Aunque circular por esta villa ya no es la sucesión de atascos de antaño, la variante todavía no ha alcanzado esa media ideal. Eso sí, en días puntuales del verano la Xunta ha detectado "puntas de uso" de más de diez mil vehículos diarias, aunque fue en ocasiones muy especiales del verano pasado.

Con la llegada del buen tiempo y la proximidad de la temporada estival, este corredor se convertirá en los próximos meses en el principal eje de conexión entre Pontevedra y las playas de la orilla sur de la ría. Será entonces cuando se pueda comprobar su eficacia a la hora de absorber tráfico y si se acerca a los elevados parámetros que registra el otro eje de conexión con las playas desde la capital, la autovía de O Salnés, que ha llegado a contabilizar "picos" de más de 38.000 vehículos diarios en agosto.

El tramo abierto hace diez meses de la variante cuenta con 4,2 kilómetros y en su construcción se invirtieron 37,7 millones de euros. Su pendiente máxima es del 6% y dispone de tres carriles en el 95% de su trayecto. Además, cuenta con dos pasos superiores y cuatro inferiores. Desde aquella apertura Pontevedra apuesta por dos actuaciones más o menos complementarias. Una de ellas es la mejora de la conexión entre O Morrazo y Pontevedra mediante un nuevo vial "de Cangas a Bueu, que permita que la población se dirija hacia Pontevedra y no hacia Vigo", como es tendencia actualmente. Y la otra es completar el tramo peatonal que permita crear un paseo marítimo continuo desde Mollabao hasta Placeres. La Demarcación de Carreteras del Estado y otros departamentos del Gobierno central han comenzado a estudiar la viabilidad técnica y económica de este paseo. La idea fue presentado a Fomento, a modo de anteproyecto, en diciembre pasado. Se trata de una propuesta para ejecutar los 3,2 kilómetros que faltan para unir peatonalmente la ciudad con Placeres mediante paseos en tierra, pasarelas de madera voladas sobre la ría y otras estructuras.