Una empresa destinada al desmontaje y reciclaje por piezas de automóviles ultima su puesta en marcha en el polígono industrial de Ponte Caldelas, un recinto semivacío y que todavía tiene la mitad de sus parcelas pendientes de venta pese a que es uno de los escasos lugares del entorno de Pontevedra con oferta de suelo industrial. Esta nueva oferta en el parque de A Reigosa está lista para su funcionamiento, pero se ha encontrado con una reciente exigencia de la Xunta para que se realiza un estudio ambiental toda vez que se calcula que por sus instalaciones pasen unos 200 vehículos cada año lo que generará, además de las piezas que se puedan reutilizar, se calcula que se produzcan más de 150 toneladas de chatarra, residuos y otros restos.

En la documentación remitida por la empresa Autosiniestros Roy a la Consellería de Medio Ambiente se apunta a una recepción media de "3-4 vehículos por semana, aproximadamente 200 al año y las tareas de descontaminación y despiece se realizarán con medios materiales y la ayuda de gatos y elevadores hidráulicos, soplete y otra pequeña herramienta".

Chatarra

Añade que "respecto a la generación de residuos peligrosos, se prevé una producción anual inferior a las diez toneladas", de las que una sería de aceite y 1,2 de baterías. Asimismo, la "estimación de producción de chatarra metálica es de unas 100 toneladas al año, mientras que la chatarra plástica se estima que no alcance las 30 toneladas anuales y de vidrio, unas 15". En cuanto a otros residuos, se calcula que no pasarán de dos kilos diarios, mientras que el consumo de agua rondará los "120 litros al día durante 260 días al año".

El fin social oficial de la actividad es el desguace de vehículos y almacén de chatarra y metales de desecho y las instalaciones están prácticamente finalizadas con el acondicionamiento de la parcela, la ejecución de los cierres y casi toda la edificación, por lo que ha causado sorpresa el "retraso" de la Xunta en tramitar el apartado ambiental, lo que podría demorar el inicio de la actividad.

Instalaciones

Las instalaciones constan de una parcela hormigonada de 1.300 metros cuadrados y una nave de 345 metros en cuyo "interior se prevé realizar el desmontaje de piezas y su clasificación en estanterías para la posterior venta". Aclara que antes de ese desmontaje "se realizará la descontaminación del vehículo" mediante la "retirada de batería, filtros de aceite, gasóleo y aire, vaciado del aceite del motor, anticongelante, líquido de frenos, zapatas de freno que contienen amianto, gases fluorados y restos de combustible". Para ello "se ha destinado una zona exterior cubierta, de 105 metros cuadrados, en la trasera de la nave", lugar donde también se colocarán los diferentes contenedores de recepción de productos como residuos peligrosos, vidrio, para metales y para plásticos, entre otros.

Entre los residuos peligrosos, la documentación remitida a la Xunta incluye "aceites, anticongelantes, líquido de frenos, baterías, filtros de aceite y de gasóleo, papeles y absorbentes contaminados, botes aerosoles vacíos, zapatas de freno que contienen amianto, gases fluorados, restos de combustible y residuos derivados del tratamiento de los vertidos, como lodos y aguas con hidrocarburos".