El primero de mayo con más parados en la historia de Galicia avivó desde Pontevedra el rechazo a una política económica que se muestra incapaz de crear empleo; a la austeridad impuesta por el Gobierno y la Xunta y a los recortes que aumentan el riesgo de exclusión social. Una crítica unánime expresada en las tres manifestaciones que recorrieron el centro de la ciudad y en las que se percibió un ligero aumento de la participación, sumando unos 1.500 asistentes en cada movilización, tanto la de la CIG como la conjunta de UGT y CC OO. En ambas se aludió a la posibilidad de una próxima convocatoria de huelga general al considerar desde esta tres centrales que "se dan as condicións" que la justifican.

Las dos principales protestas partieron separadas apenas por unos metros; de la Praza da Ferrería la de la central nacionalista y, de A Peregrina, la compartida. Esta última concluyó en la calle Raíña Victoria, en un punto equidistante de la sede del PP provincial y de la Cámara de Comercio como símbolo de oposición a las medidas adoptadas por la formación conservadora, al tiempo que de los denunciados como abusos de la patronal amparándose en la nueva normativa laboral. La CIG, en cambió, optó de nuevo por la Praza do Teucro para el final de su marcha.

Ayudas a la banca

"Isto non se pode consentir, temos que protestar", dirigía Rafael Iglesias en el que era su último día del trabajador como secretario comarcal de la CIG. Además, cargó contra las medidas de "un sistema inxusto e cruel que saquea aos traballadores mentras se permite unha amnistía fiscal". El líder sindical, que calificó a los responsables del PP de "ladróns", advirtió que "esta política leva ao país á morte económica". También cargó contra el clima de confrontación generado por la "dereita mediática coas súas críticas as subvencións públicas", recordando que "son os bancos e as grandes empresas as que máis inxección de cartos públicos recibiron".

La marcha de la CIG contó con la presencia de buena parte del gobierno municipal. Entre sus representante, el alcalde, que destacó que hubiese "máis xente que outros anos". Además, Miguel Anxo Fernández Lores reiteró su "aposta pola revolución cívica".

Por su parte, UGT y CC OO, que congregaron a más de un millar de asistentes, denunciaron que "o PP goberna a costa dos traballadores, y reclamaron ante la sede provincial "menos sobres e máis traballo". El responsable en Pontevedra de Comisiones Obreras, José Luis García Pedrosa, reclama "un cambio na política económica e laboral do Goberno porque non hai nin a máis mínima dúbida de que, despois de 15 meses da aprobación da reforma laboral, o único que se está a conseguir e achegarse ao desastre". El secretario de UGT, Ramón Vidal, apuntaba acerca de la participación fue mayor que en 2013, que "a clase traballadora estase a dar conta que a reforma laboral o único que pretende e cambiar a estructura social do país". Tras ello recalcó que, de seguir la política económica así "non se irá a ningún sitio". Desde la marcha conjunta se advirtió a la ciudadanía que los recortes "non teñen límite".

Pontevedra acogió también una tercera manifestación, la del sindicato CGT. La movilización, que congregó a medio centenar de personas, instó a continuar la "loita contra a política social e económica do Goberno".