"Las asociaciones se han implicado con la fiesta y le han dado una vuelta a todo esto; ha quedado todo muy enxebre", apuntaba la alcaldesa de Sanxenxo, Catalina González, en la última jornada de la Festa da Raia. Una decena de colectivos sociales y culturales de Portonovo trabajaron en la organización de esta cita gastronómica, que trata de volver a sus orígenes: la tradición de degustar la "caldeirada de raia" en el puerto, tras la llegada de los marineros a tierra.

Las pésimas previsiones climatológicas de todo el fin de semana restaron público al evento, como admitieron los promotores. Sin embargo, las provisiones de raia se adaptaron a la demanda y durante las tres jornadas se sirvieron casi todas las raciones preparadas. Además de la tradicional raia en caldeirada, el producto se sirvió en empanada y en salpicón.

Los organizadores hicieron un esfuerzo por recrear el ambiente de los años cuarenta y cincuenta en el puerto de Portonovo y para ello decoraron tanto el exterior como el interior de la carpa que acogió la degustación. A su lado se instaló la feria de oportunidades organizada por el Centro Comercial Urbano Entretendas.

En el día grande de la fiesta, recibió un homenaje el cocinero Miguel Ángel Montes, integrante de una expedición científica a la Antártida, además de profesional de la cocina que ha paseado la bandera de Portonovo y de Sanxenxo por los mejores restaurantes y hoteles.

A pesar de que el mal tiempo restó asistencia a la degustación popular, tanto el gobierno municipal como los organizadores se declararon satisfechos con la nueva etapa que se abre en la Festa da Raia, que el próximo año alcanza la vigésima edición y volverá a apostar por una vuelta a los orígenes y por la recuperación del espíritu con el que nació este evento gastronómico.