La Consellería de Medio Ambiente acaba de declara "viable", con las cautelas habituales en estos casos, un nuevo proyecto de energía eólica en la comarca de Pontevedra. Se trata de un parque de aerogeneradores denominado "parque eólico Outeiro Raposo" en el municipio de Cotobade, que también afecta al territorio de Cerdedo y que cuenta con un presupuesto estimativo de algo más de diez millones de euros.

Según la declaración de impacto ambiental que acaba de formular la Xunta, este polígono contará con tres molinos de 99 metros de altura hasta el eje, con un diámetro de motor de 101 metros, para una potencia nominal unitaria de 3.000 kilowatios. El documento señala que "el proyecto contempla asimismo la construcción de una subestación de maniobra y un centro de control alojados en el mismo edificio, que albergará las celdas de media tensión, armarios de mando y protección y demás instalaciones".

La obra incluye la "apertura de unos 200 metros de viales de acceso y servicio a los aerogeneradores y el acondicionamiento, para el mismo fin, de unos 2.180 metros de caminos y cortafuegos existentes, con una anchura de rodadura de 5,5 metros y dotados de cunetas de drenaje para la recogida y evacuación de aguas pluviales". Asimismo, está previsto "excavar unos 1.400 metros de zanjas para soterrar el cableado de media tensión y de comunicaciones que interconectará los aerogeneradores entre si y estos con la subestación y el edificio de control". En este sentido, se pone de manifiesto que "la evacuación de la energía producida en el parque se efectuará a través de una linea eléctrica subterránea" que es objeto de otro expediente administrativo ajeno al que ahora se tramita. Apunta que desde la subestación del parque, la energía se conducirá a la futura subestación del parque eólico dos Cotos y también a la prevista en Bértola (Vilaboa), destinada a abastecer el Eje Atlántico de alta velocidad ferroviaria y a la que se oponen los vecinos de la zona.

Una vez que comience la instalación del parque eólico, aún sin un calendario concreto, se estima que la duración de los trabajos será de unos ocho meses y el documento de evaluación ambiental añade que "la vegetación en el ámbito está compuesta mayoritariamente por matorral con algunos ejemplares aislados de pino o eucalipto". Además, el terreno no forma parte de "ninguna figura autonómica o estatal de protección de espacios naturales ni afecta a zonas incluidas en la nueva propuesta de ampliación de la Red Natura 2000".

Tampoco se han detectado afecciones a yacimientos arqueológicos o restos rupestres, tan abundantes en esos parajes. La dirección Xeral de Patrimonio Cultural emitió en su día un informe favorable a esta estudio de impacto ambiental con una única cautela genérica: "deberá realizarse un control y seguimiento arqueológico durante las fases de replantea, de ejecución de obra y de restitución de los terrenos, en todo el ámbito del parque eólico".

Concurso de 2010

Este proyecto denominado "Outeiro Raposo" fue admitido a trámite por la Consellería de Economía e Industria en diciembre de 2010, junto con el resto de propuestas seleccionadas entonces para la asignación de 2.325 MW de potencia. Durante la fase de exposición pública de la evaluación ambiental formularon escritos el Concello de Cotobade, la Sociedades Galega de Historia Natural y la Asociación pola Defensa da Ría de Pontevedra.

Además de las protecciones habituales en estos casos, sin referencias a aspectos concretos detectados en este ámbito, se especifica que "una vez rematada la vida útil del parque eólico o bien en el caso de quedar definitivamente fuera de servicio por cualquier causa, a lo largo de la fase de abandono se llevarán a cabo todas las actuaciones necesarias para desmantelarlo y recuperar la situación anterior de la zona ocupada por la instalación", con el desmontaje y retirada de los molinos y revegetación de las zonas alteradas, entre otras exigencias.