Un acuerdo de última hora entre patronal y trabajadores permitió ayer desconvocar la huelga en el sector del comercio de alimentación que afecta a los establecimientos que no cuentan con convenio propio. El pacto de mínimos se produjo al filo de las once de la noche de ayer, después de más de doce horas de negociación y cuando ya nadie esperaba el acuerdo. De hecho, los sindicatos ya habían convocado a los trabajadores que componen los piquetes a acudir a primera hora de la mañana al centro de distribución de Froiz en Lourido para iniciar una nueva jornada de protestas. Será allí donde muchos de ellos conozcan la noticia y los términos de este acuerdo que Carlos Búa, de CC OO, calificó como "bueno" para los trabajadores.

El acuerdo llegó, además, apenas una hora después de que los sindicatos dieran por rotas las negociaciones y se dispusieran a endurecer las protestas en las cuatro jornadas que quedaban de paro.

La desconvocatoria de la huelga llega después de una intensa jornada de movilizaciones. La primera de las cinco que estaban convocadas hasta el día 30. La acción de los piquetes mantuvo cerrados los principales supermercados de la ciudad pertenecientes a las cadenas afectadas por la huelga. Estaban convocados a secundar el paro un total de 14.000 trabajadores pertenecientes a comercios como fruterías, carnicerías, pescaderías, así como pequeñas tiendas de alimentación y los supermercados que no tienen convenio propio, principalmente las grandes cadenas gallegas como es el caso de Froiz, Gadis, Hiperxel, Moldes y también multinacional alemana Lidl. Reivindican la firma de un "convenio justo" tras expirar el que actualmente está en vigor en 2011 y bajo la amenaza de su caducidad el próximo mes de julio, una vez finalizado el periodo de ultraactividad.

Las principales reivindicaciones de los trabajadores pasaban por evitar "los recortes que quiere realizar la patronal en materia de antigüedad así como un pequeño incremento laboral".

Fue una batalla que se libró en dos escenarios. Primero en la calle, con la acción de los piquetes informativos que se inició a las seis de la mañana; y luego en los despachos, con la maratoniana reunión de la comisión negociadora que terminó con este acuerdo "in extremis".

El seguimiento de la huelga fue más bien desigual. Marcos Cadórniga, de la CIG, lo situaba en torno al 75 o el 80%. La patronal no ofreció ningún dato oficial de asistencia a los puestos de trabajo. La percepción es que los supermercados más importantes de la comarca de Pontevedra (como es el caso del Hiper Froiz de Cobián Roffignac o el centro logístico del grupo en Lourido) amanecieron cerrados o con muy poco personal dentro.

Precisamente el almacén central de Froiz en Lourido fue la primera parada de los piquetes. Luego celebraron una asamblea para organizarse y el grupo salió a la calle para realizar su labor. La mayoría de los supermercados fueron cerrando a medida que recibían a los piquetes informativos. Un grupo de unas 200 personas visitó los distintos establecimientos que bajaban de inmediato las verjas en cuanto se observaba la llegada de los manifestantes. Una avanzadilla eran los primeros en hacer acto de presencia para explicar "siempre desde el convencimiento y la voluntariedad" los motivos de la huelga. Marcos Cadórniga explicó que eran muchos los trabajadores que gracias a la actuación del piquete decidían vestirse y sumarse al paro. Luego llegaba el resto del piquete compuesto de estas doscientas personas, cuando en la mayoría de los casos el supermercado ya estaba cerrado. Alguna patada en la verja o los petardos completaban la acción.

Tanto fuentes sindicales como policiales indicaron que la mañana transcurrió con tranquilidad y sin incidentes. Mientras, a las diez de la mañana, se iniciaba la reunión de la comisión negociadora en Vigo. Bajo el arbitraje del jefe provincial de la Inspección de Trabajo, José María Casas de Ron, patronal y representantes de los trabajadores acercaban posturas hasta el punto de que, en la pausa del mediodía el acuerdo se daba casi por hecho, según explicaba Carlos Esperón, de UGT.

Con la esperanza de que la solución al conflicto pudiera llegar en breve, comenzó la jornada de tarde en la que los piquetes volvieron a recorrer las calles de la capital lo que provocó el cierre de muchos supermercados que reabrieron sus puertas. La jornada de vespertina ya no fue tan tranquila como la matinal. Los encontronazos con la Policía Nacional fueron a mayores. Mientras en Vigo las cosas se torcían. Los piquetes se reunían en el edificio sindical a la espera de noticias. Sobre las nueve y media eran convocados a una nueva jornada de huelga para hoy al romperse las negociaciones y sin saber que apenas una hora después iba a ser anulada.