Las dos ferias ambulantes que se celebran cada semana en Pontevedra (la de A Xunqueira los sábados y la de Estribela los miércoles) no paran de perder vendedores, quizás a causa de la crisis, de la pérdida de clientes o del escaso interés municipal por potenciar esta actividad, según denuncian los propios afectados. Y es que ambos mercadillos han iniciado el año 2013 con un nuevo goteo de bajas, hasta el punto de que un tercio de sus puestos ambulantes están vacíos. Así se pone de manifiesto en la última actualización del padrón de usuarios de esas dos ferias, que reflejan que de los 160 puestos disponibles (95 en A Xunqueira y 65 en Estribela), solo un total de 107 disponen de un titular en regla. Los otros 53 están vacantes (por encima del 33% del total) con más de media docena de bajas en el último año, que se suman a los más de diez del padrón anterior. La cifra contrasta significativamente con las 250 licencias que, según el Concello, estaban vigentes hace poco más de tres años, en diciembre de 2009, entre ambos mercadillos.

En el caso de A Xunqueira, la feria más numerosa de la ciudad y que llegó a rondar los 200 vendedores en sus mejores momentos, el número total de puestos disponibles, según el padrón expuesto por el concello, es de 95, pero solo se han renovado este año 65 permisos, con lo que el número de vacantes supera el 31% del total. De esas licencias renovadas existen varias variantes, entre ellas las de aquellos vendedores que han solicitado al concello el aplazamiento del pago de sus deudas municipales, por tasas y otros conceptos. También hay usuarios que piden un cambio de ubicación de su puesto y que han solicitado el cambio de titularidad del puesto, para que pase a nombre de otros familiares. En cuanto a los puestos que se declararon vacantes en este último proceso de regularización (al menos cuatro bajas en A Xunqueira), el motivo principal es que los anteriores titulares arrastran deudas con el Concello por el impago de las tasas correspondientes.

En cuanto a Estribela, se produce una situación parecida e incluso más grave, ya que con 65 puestos disponibles, solo están ocupados 42, lo que sitúa el índice de lugares vacantes por encima del 35%.

El declive de la feria ambulantes de Pontevedra en A Xunqueira comenzó hace años y uno de sus detonantes fue el conflicto surgido entre el Concello y un colectivo de vendedores de etnia gitana, que acabaron desplazando sus puestos a Barro. A raíz de aquellos acontecimientos, el gobierno local buscó medidas para revitalizar esta actividad. La de mayor calado se aplicó en enero de 2010, con el cambio de fechas, al pasar de celebrarse los días 1, 8, 15 y 23 de cada mes a ser los sábados. También se acordó retirar los puestos de las explanadas superiores del recinto ferial a la calle Rafael Areses, al borde del río Lérez. Ya entonces se instalaban en ese punto, como máximo 112 puestos, la mitad que hace unos años, debido al abandono de muchos de los vendedores de etnia gitana.

Procedencia

En cuanto a la procedencia de los ambulantes, son una treintena de municipios los representados en las ferias, incluso algunos de las provincias de Lugo y Ourense, si bien dominan los más próximos. Pontevedra es el lugar de residencia de un elevado porcentaje, pero también los hay de O Salnés y Arousa, Morrazo, Umia, Poio, Marín, Sanxenxo, Campo Lameiro, Vilaboa, Cerdedo o Cotobade, además de Vigo o Mos. De otras provincias llegan desde Santiago, Ames, Santiso, O Corgo, Arzúa y Vedra.

Desde hace años, con motivo de este creciente número de vacantes, la asociación de vendedores que encabeza Francisco Romero Alvite reclama al Concello que se adjudiquen esos espacios vacíos, al asegurar que existe una lista de espera para ello. El colectivo acusa al gobierno local de "no abrir proceso alguno de adjudicación". Incluso existen blogs de ambulantes que reprochan la "dejación" municipal al respecto. Ha expresado su malestar por la "falta de respuesta" del concello a las sucesivas peticiones de puestos pese a que existen espacios vacantes, como se acaba de poner de manifiesto en los últimos padrones, datos han elevado el enfado de estos ambulantes.