El centro de menores "Avelino Montero" de Pontevedra incrementará su número de plazas -en torno al 25%- según un proyecto de redimensionamiento que ultima la Xunta de Galicia, atendiendo a una petición expresa de la Administración de Justicia.

En la actualidad, señalan fuentes internas del centro, existe lista de espera para que adolescentes que tras comparecer ante la Justicia, declarados responsables de algún ilícito penal y a los que se les impuso medidas de corrección, consigan una plaza en donde poder cumplir la pena. Se da la circunstancia de que si no se aplican en un plazo determinado estas sanciones prescriben.

El "Avelino Montero" cuenta con 22 plazas, además de varios puestos, independientes de los anteriores, para el cumplimiento de medidas judiciales de privación de libertad de fin de semana. Su ocupación es del 100%, según apuntan trabajadores del centro de menores pontevedrés que ven con "interés" la próxima ampliación por lo que supone "de estabilidad y permanencia" de la institución y en consecuencia de mantenimiento del empleo, que además se verá incrementado, al menos en el capítulo de educadores, si llegan más internos. A día de hoy la nómina de educadores, los profesionales que están en contacto directo y durante más tiempo, con los residentes, es de dieciocho.

La continuidad del centro estuvo amenazada durante en el boom inmobiliario por la especulación -su ubicación en el casco urbano y sus dimensiones convertían su solar en un bocado apetecible- y después por los recortes.

A pesar de ser un centro de menores, en este momento la mayoría de los internos del "Avelino Montero" es mayor de edad, lo que se explica porque las medidas de corrección (equivalentes a penas) que se pueden imponer a un menor pueden sumar hasta siete años.

Perfil circunstancial

"Que la mayoría tenga más de 18 años e incluso algunos más de 20 es circunstancial" explica un educador de la entidad, que puntualiza que tienen bajo su responsabilidad adolescentes (chicos y chicas), desde una edad mínima de catorce años. En cualquier caso, añade, la media más habitual se sitúa en la franja de entre los dieciséis y los dieciocho años.

Por otra parte son mayoría también los varones, un dato biográfico que se mantiene inalterable en el tiempo aunque hace ya tres lustros que el centro "Avelino Montero" es mixto.