Estaba "cantado" de antemano pero fueron necesarias tres horas de comisión bilateral, con medio centenar de vecinos como testigos, para sellar por escrito el desacuerdo ya conocido entre Pontevedra y Poio sobre el deslinde entre ambos municipios. Cada Concello acudió al "c ara a cara" de ayer, celebrado en el Recinto Ferial de la capital, con dos propuestas distintas sobre la frontera, en especial en el entorno de la Xunqueira de Alba, y la reunión acabó con la firma de un "acta de disconformidad" que deja la solución final de los límites en manos de la Xunta. A la espera de su pronunciamiento, que puede tardar años, las 8 hectáreas en disputa entre A Barca y O Vao, donde se ubica la Comandancia de la Guardia Civil, el parque de Bomberos, parte de las marismas de Alba y de la calle Domingo Fontán y el parque de Bomberos, quedan sin ningún tipo de ordenación urbanística. Además de esa zona, están en discusión 15 hectáreas más en el Monte Castrove y otras siete repartidas a lo largo de la unión de los mojones por la parroquia pontevedresa de Campañó y las de San Salvador y San Juan de Poio. Son, por tanto, 300.000 metros cuadrados "en tierra de nadie".