La pelota está en el tejado de la patronal. Así lo reconocía el jefe de la Inspección de Trabajo y mediador en el conflicto de la alimentación, José María Casas de Ron, que dejó abierta la comunicación con ambas partes (empresarios y sindicatos) para reanudar, en cualquier momento, la negociación interrumpida el pasado miércoles, tras catorce horas de reunión (repartidas en dos días), para encarrilar la firma del convenio provincial y frenar la huelga del sector convocada para Semana Santa.

El paro arrancará el lunes, 25 de marzo, y está convocada por los sindicatos CIG, CC.OO y UGT para los días 25, 26, 27, 28 y 30 de marzo y afectará a aproximadamente 15.000 trabajadores de la provincia, empleados de pequeños comercios y colmados y de las cadenas Froiz, Gadis, Hiperxel, Lidl o Molde.

Según ha trascendido de la negociación interrumpida, la asociación que agrupa a estas firmas estaría dispuesta a seguir avanzando en el acuerdo laboral tomando como base la exigencia de la parte social: no mermar las condiciones salariales y laborales recogida en el convenio vencido el 31 de diciembre de 2012. Sin embargo, este asociación es minoría en la patronal pontevedresa (tiene bajo su paraguas a unos 5.000 trabajadores) y la agrupación de pymes y comercio al por menor no está, de momento y tras un primer amago favorable, por reeditar el anterior convenio y menos mejorarlo. Bajo su gestión directa hay casi 10.000 trabajadores.

Una de las empresas más afectadas si hay huelga en Semana Santa será Froiz. Los sindicatos calculan que cada día de paro le "costaría" unos 500.000 euros porque la firma tiene su base logística en Lourido, desde donde distribuyen mercancía a distintas comunidades autónomas y a Portugal.