La Fiscalía de Pontevedra mantuvo ayer una petición de cinco años de cárcel de condena para un vecino de Moraña, José Cardama Monteagudo, acusado de trapichear con pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes, especialmente en algunos aparcamientos de centros comerciales de la ciudad como el Carrefour de San Blas. La fiscal que ejerció la acusación solicita que se tenga en cuenta la agravante de reincidencia puesto que esta persona ya aceptó en 2008 una pena de dos años de cárcel por un delito similar.

Cardama fue detenido en 2011 por agentes del Grupo de Tráfico Medio de Estupefacientes de la Policía de Pontevedra después de que el responsable de seguridad del Carrefour entregase en la Comisaría un DVD con las grabaciones de la cámara de seguridad del aparcamiento en las que se observaba a esta persona cuando, supuestamente, realizaba diversas transacciones de droga a cambio de dinero. Más tarde, los agentes realizaron un seguimiento al acusado y finalmente lo detuvieron cuando salía con su vehículo de su domicilio en As Cortiñas, Moraña. Fue necesario un minucioso registro de su vehículo para encontrar, en un habitáculo muy escondido bajo la guantera, varias dosis de cocaína que sumaban unos tres gramos de esta sustancia.

Ayer durante el juicio negó los hechos que se le imputan: "Yo no le vendí droga a nadie", aseguró. Asegura que se enganchó a las drogas en los años ochenta y, aunque lo dejó varias veces, hubo momentos en los que recayó: "Por desgracia soy toxicómano y tengo que llevar la droga conmigo", dijo al tribunal. Así explicó que portase estas pequeñas cantidades en su vehículo, que aseguró que eran para su propio consumo. Sin embargo, los agentes de policía que declararon en el juicio llamaron la atención sobre el hecho de que la droga estaba oculta en un lugar de muy difícil acceso en su vehículo.

Además, se le encontraron 5 teléfonos móviles y varias tarjetas SIM, y anotaciones alfanuméricas que la policía achaca a posibles ventas de estupefacientes. Él lo justifica diciendo que "cuando estás bajo los efectos de la coca haces cosas que no sabes, yo a veces escribía estas cosas, incluso poesía", dijo. También declaró un testigo que en fase de instrucción aseguró que el acusado le vendía droga. Ayer manifestó que únicamente le encargaba a él que le comprase unas dosis en O Vao para no tener que ir él mismo al poblado.