A poco más de un mes para que se cumplan cuatro años del homicidio de dos ciudadanas chinas que conmocionó Pontevedra, el caso está ya enfilando su recta final y se espera que a lo largo de los próximos meses el único procesado por esta causa, el ciudadano chino Zhang Hai Jie, se siente en el banquillo de los acusados para responder por estas dos muertes ante un tribunal popular.

Tanto el fiscal como la acusación particular, que impulsa la hija de una de las fallecidas y que ejerce el abogado pontevedrés Andrés Malvar Pintos, solicitan una pena de 28 años de prisión para este ciudadano asiático como autor de dos delitos de homicidio (14 por cada una de las muertes) con la circunstancia agravante de abuso de superioridad. Ambas acusaciones consideran que Zhang Hai Jie acudió entre el 25 y el 26 de abril de 2009 al domicilio en el que residían las dos víctimas Guang Qu, de 50 años, y Kung Yong, de 52. Lo hizo acompañado de una segunda persona de nacionalidad china, que llegó a ser completamente identificada por la Policía Nacional y la Fiscalía, pero que logró huir de vuelta a su país. Beneficiado por la falta de convenios de extradición entre España y China, por ahora no ha sido posible lograr que esta segunda persona responda ante un tribunal por la muerte de sus dos compatriotas.

Por el momento se sentará en el banquillo únicamente Zhang Hai Jie. El fiscal y la acusación particular consideran que el acusado, en unión de esta segunda persona, acudieron al domicilio de las víctimas en la calle Amado Carballo y allí les dieron muerte. A una de ellas, Kung Yong, la estrangularon; a la otra, Guang Qu, la asfixiaron obstruyendo sus vías respiratorias con cintas americanas de embalaje con las que también ataron sus piernas. Ambas intentaron defenderse de sus agresores, pero fueron reducidas por los dos atacantes.

Para sustentar esta tesis, tanto la acusación particular como la Fiscalía echarán manos de diversos elementos de prueba con el objetivo de que el jurado popular emita un veredicto de culpabilidad. Sin embargo, llamarán la atención de forma especial sobre dos cuestiones que recogen en sus escritos de acusación y que llevaron a la Policía Nacional hasta los dos supuestos autores del crimen. En primer lugar, el informe y la declaración del perito lofoscopista sobre una huella dactilar hallada en el escenario del crimen y que supuestamente situaría al acusado en el domicilio de las dos fallecidas.

La segunda son distintos informes, extractos e incluso las imágenes de una cámara de seguridad de una entidad bancaria en la que una persona utiliza una de las tarjetas de las fallecidas para realizar una extracción de dinero.

Los informes de ADN, las intervenciones telefónicas y otra información referente a la utilización de diversos teléfonos móviles esos días en Pontevedra serán también aspectos de relevancia durante la celebración de la vista oral.

Lo que sigue sin estar claro casi cuatro años después de que se ejecutara este crimen es el móvil. En su día se aludió a la posibilidad de que se pudiera tratar de un ajuste de cuentas entre mafias chinas por el negocio de la prostitución, ya que policialmente se vinculaba a estas dos mujeres con esta actividad, pero el motivo concreto sin estar demasiado claro. Tanto para la Policía Nacional como para la acusación particular, lo que parece claro es que se podría tratar de un crimen por encargo ya que la persona que se va a sentar en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por estos hechos no conocía de nada a las dos víctimas y supuestamente se desplazó ex profeso desde Elche, donde residía habitualmente, a Pontevedra, para acabar con la vida de estas mujeres. Parece ser que su acompañante sí podría haber tenido en el pasado algún tipo de relación con una de las víctimas.