Ante la convocatoria de huelga, Ence opta por el silencio. Mientras tanto la plantilla de la fábrica de Lourizán - al igual que las de las plantas de Navia y Huelva- analizó ayer en asamblea el escenario de confrontación que se avecina y ultimó los detalles del informe con el que rebatirán la viabilidad del ERE extintivo que promueve el grupo empresarial y que implica el despido de 144 trabajadores, 39 de ellos locales.

"Los compañeros están muy preocupados porque ya se sabe cuales son los puestos que se quieren suprimir y que afectan a casi todas las secciones: parque, energía, digestores, mantenimiento..." explicaba ayer el presidente del comité de Ence-Pontevedra, Suso Graña tras la asamblea matinal, en la que también percibió que el personal está decidido a plantar cara porque "saben, y también nosotros los vemos así, que aunque no estén en esta primera lista pueden estar en la siguiente".

Las dos partes, dirección y comités de los distintos centros de trabajo de Ence (fábricas de Pontevedra, Navia y Huelva y de Oficinas centrales) volverán a reunirse en Madrid los días 19 y 20 de marzo con el fin de reconducir la situación. Será veinticuatro horas antes del inicio de una primera huelga de cinco días (convocada del 21 al 26). En este encuentro los representantes del personal expondrán las razones de organización y seguridad del trabajo, económicas y también legales que, en su opinión, hacen "inviable" el ERE. Un argumentario que, por otra parte, harán llegar a la autoridad laboral que evaluará la regulación de empleo planteada.

En este contrainforme se incluirá, en relación a la fábrica de Pontevedra, desde cuestionamientos concretos sobre algunos puestos de trabajo a eliminar que contradicen recomendaciones y advertencias expresas de la Inspección de Trabajo o del ISSGA que ya valoran la existencia de riesgo psicosocial y sobrecarga de trabajo con la actual plantilla; hasta análisis sobre potenciales riesgos de seguridad de las personas e instalaciones; pasando por una posible afectación a la calidad y cantidad de la producción.

Además apuntaba ayer, a modo de ejemplo, el presidente del comité de la fábrica de Lourizán "haremos alusión a las horas extra, que el pasado año en Pontevedra fueron más de 9.000 pero en el caso de Huelva superaron las 30.000". Unas cifras que llevan a Suso Graña a preguntarse "¿cómo se entiende que se hagan miles de horas extra si sobra personal? No cuadra".

Los representantes de los trabajadores subrayan que, aunque justo, hay un margen para revertir la situación lo que para ellos pasa por la retirada del ERE extintivo (con despidos). Una posibilidad, que hasta ahora, Ence descarta aunque en el último encuentro en Madrid, celebrado el pasado martes, asesores de la compañía dejaron caer la posibilidad de modificar las condiciones de los despidos (sobre la mesa está una indemnización de 25 días por año trabajado hasta un máximo de dieciséis mensualidades) e incluso evaluar cada puesto por si es contraproducente la eliminación de alguno.

En la hoja de ruta está escrito que las cartas de despido se entreguen en abril por lo que, si no hay avances, se iniciará una huelga indefinida el día 1.