El proyecto municipal para cubrir los restos arqueológicos de Valentín García Escudero no soterrará la totalidad del ámbito de la excavación en la plaza, ya que dejará al aire, en principio temporalmente, los hallazgos de mayor valor histórico, es decir, los arcos enterrados del puente de O Burgo y las trazas del viejo puerto medieval, de los que no existen evidencias en otros lugares. Los demás vestigios como pavimentos, cimientos de antiguos edificios e incluso algún pequeño tramo de muralla, se cubrirá con capas geotextiles y arena para crear sobre ella una zona verde.

La decisión de mantener pendiente el tramo central de la excavación (la prolongación imaginaria de la rúa da Ponte) y ocultar los dos extremos de la plaza obedece al hecho de que ese tramo corresponde con el Camiño Portugués a Compostela, lo que exige una autorización específica de la Sociedad del Xacobeo, según asegura el gobierno local, quien añade además que al tratarse de unos hallazgos sin precedentes y de especial valor, "requieren de un tratamiento diferenciado" y de mayor calado que el que se aplicará a los que ahora se van a cubrir. No obstante, se insiste en que la idea es proceder en el futuro a su soterramiento para que la totalidad de la plaza se pueda recuperar para el uso público, después de seis años de abandono.

Las obras de la primera fase, que afectan a un 40% de la zona excavada (no de la totalidad de la plaza) cuentan con un presupuesto de unos 75.000 euros y disponen desde esta semana de la necesaria autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio para su ejecución. Al respecto, el concejal de Patrimonio Histórico, Luis Bará, aseguró ayer que ya se mantienen "reuniones preparatorias" para iniciar esos trabajos lo antes posible, si bien es necesario recibir previamente una autorización de la Xunta para el control arqueológico, un documento que se aguarda para estos días y que obliga a vigilar que durante las obras se cumplen las cautelas necesarias con los vestigios.

El gobierno local se marca la fecha de "principios de abril" para comenzar las tareas, que arrancarán con la retirada de las capas de plástico que protegen los restos y la posterior limpieza de la zona, repleta de vegetación y basura. Aún habrá que acometer después labores de conservación y consolidación de las piezas y realizar un levantamiento en tres dimensiones de toda la zona que se va a cubrir. Aunque las condiciones climatológicas dificultan cualquier previsión, la intención es que la plaza está acondicionada, al menos en esta zona, para el verano.

Actuaciones previstas

La autorización de Patrimonio, firmada el 26 de febrero y notificada al Concello diez días después, recuerda que en su día se descartó el costoso Museo de Historia y hace mención a la intención municipal de cubrir la totalidad de la plaza "en una segunda fase". De hecho, el proceso para adaptar y diseñar ese Museo (que albergaría bajo techo todos los hallazgos) y la decisión posterior de anularlo por su elevado coste, por encima de los diez millones de euros, son las razones principales de este abandono de seis años.

De momento se autoriza la "retirada de los actuales plásticos de protección, la limpieza y la retirada de la valla actual; la limpieza de las estructuras bajo control arqueológico; la protección de los restos y soterrar con geotextil, capa de arena fina y relleno de tierra extendida y compactada manualmente en los primeros estratos y mecánicamente una vez alcanzada una cota que garantice que no se verán afectados los vestigios; colocación de una capa superficial de sedimento orgánico u césped; delimitación del borde sureste del yacimiento que quedará a la vista con un muro de contención escalonado; y delimitación del resto del perímetro con taludes rematados con césped".

También se ejecutará "un drenaje y una evacuación de aguas" y se completará la actuación con "un vallado perimetral del yacimiento visto para evitar el acceso incontrolado".