La basílica fue escenario ayer del funeral por el alma de Jaime Vaamonde, que fue párroco de Santa María durante más de 15 años. Numerosos feligreses asistieron al oficio religioso con el que la comunidad parroquial quería demostrar su "afecto y gratitud por todos estos años en los que, con su tesón y fortaleza, Don Jaime logró la transformación de la parroquia, convirtiéndola en un auténtico centro de peregrinación". El sacerdote falleció el pasado día 7 y fue enterrado en su localidad natal, en el municipio coruñés de Cesuras.