Se conoce ya el desglose. De los 144 despidos que plantea el Grupo Ence en el ERE extintivo formalizado ante la autoridad laboral: 39 son trabajadores del complejo industrial de Lourizán (de fábrica y de servicios centrales); 49 de la planta asturiana de Navia, 50 de la de Huelva y 6 están adscritos a oficinas centrales en Madrid.

La relación de potenciales afectados de Pontevedra supone, por tanto, cerca del 30% del total de excedentes que baraja la empresa.

La compañía que preside Juan Luis Arregui ha puesto también sobre la mesa una propuesta de compensación económica para los despedidos: veinticinco días de salario por año trabajado hasta un máximo de dieciséis mensualidades. Una oferta que la empresa considera "justa" ya que supera el mínimo establecido por la reforma laboral para casos de despidos "objetivos", que es de veinte días por año hasta un tope de doce meses y que los trabajadores no alcanzan a entender tras publicitar Ence, hace apenas una semana, un balance económico del año 2012 que arroja 43 millones de euros en beneficios.

Dos días de reunión entre la dirección de Recursos Humanos de Ence y los comités de los distintos centros de trabajo sirvieron para dejar constancia de la diametral diferencia de planteamientos de las partes.

La empresa argumentó cuestiones de índole organizativa y económica -basadas en previsiones de ingresos, perjuicios derivados del cambio de normativa sobre las renovables y proyecciones de mercado que supuestamente dejarán un estela de 8,5 millones de euros en pérdidas para 2013- para justificar una regulación de empleo que califican de "necesaria" para garantizar la competitividad y el futuro de la compañía.

Los representantes de los trabajadores, por su parte, rechazan cualquier reestructuración que lleve aparejada rescisiones laborales y máxime cuando se sustentan en "hipótesis y futuribles que pueden ser o no".

El presidente del comité de la planta de celulosas de Lourizán, Suso Graña, recalcaba ayer a la salida de la reunión que la presentación de una prolija documentación e informes, elaborados por técnicos de Ence y por una consultora externa, no les ha hecho cambiar de opinión respecto al rechazo frontal a cualquier despido, máxime cuando cuestionan las premisas y ya han desmontado algunas de las variables utilizadas. "Analizaremos toda la documentación y con los sindicatos presentaremos nuestro propio informe de cómo sus propuestas pueden afectar a aspectos del proceso de producción o a la seguridad".

Suso Graña subrayaba que, lo han pedido en la reunión desarrollada a lo largo de los dos días y que volverán a plantearlo como colofón a sus informes: que retiren el expediente de regulación de empleo extintivo porque no existen razones objetivas que justifiquen los despidos.

El no rotundo a las rescisiones laborales se podría transformar en una predisposición a negociar, llegado el caso, alternativas de ajuste en la organización o incluso, llegado el caso de un escenario complicado, un posible ERE temporal.