Diana Durán cumple este mes 35 años. Trabajó desde los 18 en el comercio local pero dejó su empleo con 27, tras dar a luz a su primer hijo; la familia aumentó en los años siguientes hasta los 3 niños. Hoy su marido, electricista de profesión, apenas gana lo suficiente con su trabajo por cuenta propia "para pagar la hipoteca y el súper, vivimos al día y nos ayudan nuestros padres", explica esta pontevedresa, cuyo perfil es casi el modelo-tipo de la vecina de la comarca que busca empleo.

Hoy 7.208 vecinas de Pontevedra y los municipios del entorno (una de cada cinco en edad de trabajar) está en paro. En el caso de los varones las cifras no son mejores (7098 desempleados) pero ha de tenerse en cuenta que ellas suponen un mayor porcentaje (el 51%) de la población: 36.200 mayores de 16 años frente a 34.500 varones.

El paro se concentra en especial en las mujeres que cuentan entre 30 y 49 años. Suponen más de 4.000 desempleadas precisamente en el momento central de su carrera; literalmente estancadas por la crisis.

Entre los 30 y 34 años hay 1.100 trabajadoras en paro, que se incrementan hasta 1.152 en el siguiente tramo de edad (de 35 a 39); les siguen las 1.066 entre 40 y 44 y, finalmente, 832 de 45 a 49 años. En total, 4.150, próximamente la mitad de las cuales ha pasado ya a ser parada de larga duración.

Se considera como tal a la persona que lleva más de 12 meses buscando empleo, una situación en la que están actualmente 3.163 (el 44%) de esas mujeres, mientras que otras 1.102 ya han superado el semestre.

A pesar de que ellas tienen mayor peso poblacional (son 1.600 más) ese dato no se traslada a lo que se denomina población activa (es decir, que trabajan o buscan activamente empleo) sino que están diez puntos por debajo (54% frente al 64% de los varones), un hecho en el que pesa definitivamente, según los analistas, el llamado "efecto desánimo": se han pasado meses o años buscando trabajo, no lo consiguen y dejan de intentarlo.

Son algunos de los datos hechos públicos ayer por el sindicato Comisiones Obreras (CC OO) con motivo del Día de la Mujer, una jornada en la que buscan llamar la atención sobre que "los recortes y la reforma laboral son letales para el empleo femenino".

El estudio elaborado por CC OO a partir de datos de la Encuesta de Población Activa, el Instituto Galego de Estadística y los registros de los Servicios Públicos de Empleo pone de manifiesto que 2012 ha supuesto un año de inflexión: tras varios en los que la destrucción de empleo se concentró en sectores tradicionalmente "masculinos" (la construcción y el industrial a la cabeza) el descenso en el consumo ha hecho mella en los servicios, que constituyen tradicionalmente el principal nicho de empleo femenino.

Como resultado, los índices de paro en uno y otro género se equipararon inicialmente "pero no porque hubiese mejorado la situación de ellas sino porque empeoró la de ellos", matiza Pilar Seoane, de Comisiones Obreras, para dar paso en 2012 a la situación actual: casi 5.000 de las mujeres actualmente desempleadas en Pontevedra (el 74%) proviene del sector servicios, que al inicio de la crisis apenas había sufrido pérdidas de empleo y que experimenta ahora las consecuencias del desplome del consumo.

Actualmente el mayor número de paradas se concentra en el comercio, la hostelería y, a larga distancia, las actividades administrativas y la industria manufacturera.

Los recortes en los servicios públicos (copados en gran parte por mujeres) han agravado todavía más el problema, muy especialmente en la comarca pontevedresa, en donde el sector público (administraciones, Brilat, Escuela Naval etc) tienen un gran peso en el empleo.

El informe de Comisiones Obreras cifra en 1.221 las mujeres que en los últimos meses han ido al paro en los servicios públicos, bien directamente en la administración o en centros educativos, sociales y sanitarios concertados. A ellas e suman casi 400 científicas y técnicas, paradas de alta cualificación cuya labor estaba vinculada a proyectos de investigación y desarrollo en los que estaban implicadas las administraciones.

Todas ellas vuelven a casa obligadas, otras conservan el empleo a base de eventualidad y precariedad (un ejemplo: del total de 14.547 contratos formalizados el pasado año solo 712 fueron indefinidos y de fomento del empleo) y de sacrificar la maternidad. La mayoría entiende que mañana, Día de la Mujer Trabajadora, habrá en este duro 2013 bien poco que celebrar.