"Velada infausta" es el título que recibió hace 100 el primer entierro de Ravachol. El popular plumífero pasó a mejor vida un lunes de Carnaval y cuentan las crónicas de la época que la muerte de aquel loro "espanto de princesas y de pescadoras" hizo que decenas de vecinos de la ciudad acudiesen a dar su pésame a su propietario, el boticario Perfecto Feijoo.

Un siglo después los pontevedreses volverán a vestir de luto para despedir al gran emblema de su Carnaval, un loro anarquista e irreverente que, se cuenta, una vez que llegó a la botica tardó casi un año en hablar. Eso sí, cuando se arrancó lo hizo de veras: advertía a su dueño de que había clientes en la botica, manifestaba con claridad su aversión al clero (gritaba un "cua, cua, cua" que identificaba al eclesiástico con un cuervo), a los políticos y hasta a Emilia Pardo Bazán, que tuvo que soportar como, claramente, el descarado plumífero dudó de su honestidad.

Tan popular llegó a ser que a su muerte fue embalsamado y se organizó un velatorio en la botica. El loro descansaba en una urna rodeado de velas... Y la coincidencia con el Carnaval hizo el resto: cientos de pontevedreses, inclusive autoridades militares y civiles, pasaron por la sala mortuoria para manifestar sus condolencias, no todos los días se muere alguien capaz de llamar claramente "ladrón" o "larpeiro" a los más poderosos de su época.

En la cabalgata mortuoria no faltaron jinetes, música de comparsas y hasta de la Banda Municipal y todo concluyó con una "velada infausta" que los pontevedreses revivirán hoy.

El velatorio dará comienzo a las 18 horas en la plaza de A Verdura y, un año más, se ruega la asistencia de luto riguroso. A las 21 horas arrancará el cortejo fúnebre, que recorrerá diversas calles hasta desembocar en A Ferrería.

Decenas de viudas y afligidos deudos acompañarán a la curia y a los familiares del loro en este sentido desfile necrológico, con el que Pontevedra despide diez días de fiesta.

Una vez en A Ferrería, se leerá un "Introito", el mismo nombre que recibió hace un siglo la elegía dedicada al finado. El grupo Celme interpretará la "danza da morte" y también habrá actuaciones de "Pola Vila" y "Val do Lérez".

El gran final correrá a cargo del (al igual que Perfecto Feijoo) gaiteiro y boticario Roi Casal. Lo acompañará sobre el escenario su padre, el músico Nando Casal, uno de los fundadores de Milladoiro, en lo que promete ser una noche mágica: interpretará el repertorio que tocaba Feijoo con el coro Aires da Terra y lo hará con su arpa y una zanfona que es una réplica exacta de la que utilizaba el boticario y gaiteiro pontevedrés que fue dueño de Ravachol, ese ser libre, porque los buenos y nobles son libres aunque, como este loro con merecido nombre de anarquista, vivan siempre enjaulados.