Es una demanda reiterada de los empresarios y una necesidad, Pero deberá esperar. La inexistencia, para la administración, de unos terrenos "idóneos" en cuanto a localización, comunicaciones y tamaño, unido a una crisis que hipoteca posibles apuestas económicas del sector privado hacen inviable, a día de hoy, la construcción de un puerto seco, de una plataforma logística y potencial área de expansión empresarial del puerto de Marín. Para intentar cambiar esta realidad, reconocida por el presidente de la Autoridad Portuaria de Marín y Ría de Pontevedra, José Benito Suárez Costa, acudió ayer a su despacho el alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez con una propuesta bajo el brazo: ofrecer el polígono de A Reigosa -que definió como "la zona industrial más cercana al puerto que ya se encuentra urbanizada y con actividad" como posible puerto seco "sin perjuicio de que cara al futuro se puedan seguir estudiando otras opciones dentro del Plan sectorial de áreas industriales de Galicia que está elaborando la Xunta".

Perfecto Rodríguez entiende, y así lo expuso, que "las propuestas realizadas en su día para un puerto seco en Vilaboa, Cerponzóns o en el término municipal de Marín son inasumibles económicamente a corto y medio plazo, por lo que es importante que el puerto tenga claro que existe desde ya un área empresarial próxima y disponible".

La oferta fue interpretada por Suárez Costa como una promoción de suelo industrial "para que desde el puerto informemos a empresas interesadas en trabajar con nosotros de la disponibilidad de posibles terrenos, como una labor comercial, en la misma línea que yo promociono las ventajas del uso del puerto de Marín entre, por ejemplo, empresarios de Valladolid o León". En ningún caso, recalcaba ayer el presidente de la Autoridad Portuaria, se puede pensar en A Reigosa como un puerto seco ya que "no cumple requisitos esenciales para un área logística de estas características como, por ejemplo, una conexión ferroviaria". "Se trata de una cuestión económica, de ser competitivos, de ahorrar costes" apunta José Benito Suárez y, en este contexto, el tren se erige en una herramienta imprescindible. Sin ir más lejos, apunta, en el último año han sido alrededor de 300.000 toneladas de mercancía las que se movieron por este medio de transporte.

En cualquier caso la oferta del alcalde de Ponte Caldelas volvió a sacar a la luz la necesidad de dotar al puerto de Marín de un área logística específica que dé cabida a servicios portuarios y a actividades industriales que por su tipología no pueden estar a orillas del mar y a futuras empresas interesadas en radicarse en el puerto.

Desde los concellos de Marín y Pontevedra se alzaron voces "sorprendidas" por intentar vender el polígono de A Reigosa como un posible puerto seco. Desde el primero de ellos el concejal de Urbanismo, Manuel Santos, reiteraba la tesis de que "las únicas opciones de ampliación portuaria que barajamos son la ofertados terrenos de monte Pituco y monte Pastoriza, colindante con Moaña". Desde la capital, el concejal de Ordenación do Territorio, César Mosquera, reiteraba que "lo verdaderamente importante es que haya un puerto seco". Sobre la mesa Pontevedra pone una opción en su término municipal: una parcela de medio millón de metros cuadrados en Leborei (Cerponzóns).

Déficit de espacio

Con una ampliación (rellenos) declarada "ilegal" por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y sin posibilidad de incrementar su superficie, el puerto se queda pequeño, máxime cuando a pesar de la crisis sigue incrementando su actividad. Lo reconoce el presidente de la Autoridad Portuaria, José Benito Suárez, recordaba ayer que recientemente han tenido que rechazar la instalación en el puerto de una multinacional del sector de las grandes piezas que solicitaba una concesión de 30.000 metros cuadrados. "Sí tenemos sitio para pequeñas industrias pero tenemos que disponer de espacio suficiente para actividades logísticas como el movimiento de piezas de gran tonelaje, eólicos...".

También se ha obligado a denegar en los últimos meses, añaden con preocupación fuentes del Concello de Marín, varias licencias de instalación e inicio de actividad por el "impasse" creado por la anulación judicial del Plan especial de ordenación del puerto. La secretaría xeral de Urbanismo de la Xunta ultima un nuevo proyecto que, según los cálculos de Suárez Costa, estará acabado "en un plazo aproximado de cuatro o cinco meses".