Llegan a Afganistán con la tranquilidad de saber que están adiestrados para enfrentarse "a lo peor" y la seguridad de que podrán decir con honor, en mayo de 2013, "misión cumplida". Un millar de militares de la Brigada de Infantería Ligera "Galicia" VII integra el grueso del contingente de la ASPFOR XXXII y bajo el mando del coronel Fernando García González-Valerio afronta una de las misiones más complejas y arriesgadas del Ejército español en el exterior.

Por delante tienen el reto estratégico de poner en marcha el repliegue de las tropas españolas-llegadas al país hace once años- que culminará en los primeros meses de 2014 y lo harán con un 10% menos de efectivos de los que tenía el contingente al que sustituyen: la Brigada Paracaidista (Bripac) de la que recogieron el testigo hace apenas dos semanas.

La Brilat deberá en los próximos meses cerrar dos puestos de combate avanzados, Ludina y Moqur, y replegarse en la base "Ruy González de Clavijo" de Qala-i-Naw, sede del equipo de reconstrucción provincial. Una operación logística que deberán realizar en una provincia, la de Badghis, cuya seguridad ha sido traspasada este mismo mes al Ejército y Policía afganas. También tendrán que dar protección a los convoyes de otras fuerzas internacionales que estén en retirada.

Este doble cometido incrementa la exposición de los militares de la Brilat a los peligros de una guerra larvada como la existente en Afganistán y en un momento especialmente convulso: a un año vista de unas elecciones a las que desde el gobierno de Hamid Karzai se anima a participar a los talibanes, que por otra parte luchan por ganar posiciones cara a hacerse con el poder una vez abandonen las tropas extranjeras el país. Y mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado,

Precisamente la infiltración de radicales islamistas en el Ejército y la Policía locales es una de las principales alertas comunicadas a los miembros de la Brigada "Galicia" VII. Ellos, al igual que las fuerzas afganas, son objetivos prioritarios de los talibanes.

La crítica situación política y social que atraviesa el país y las amenazas que se derivan de ello para la seguridad de la propia Brilat no impidió al coronel de García González-Valerio afirmar. al tomar el mando de la misión, que "seguiremos trabajando para mejorar las condiciones de gobernabilidad, de seguridad e impulsar el desarrollo, para contribuir a la mejora de las condiciones de vida en la provincia de Badghis".