Los caracoles volvieron a ser los protagonistas de la fiesta gastronómica que por tercer año consecutivo se celebró en la parroquia cotobadense de Santa María de Sacos. A un precio de seis euros, que incluía pan, bebida y plato conmemorativo, se degustaron unas 800 raciones que se podían consumir en guiso o con salsa alioli. La Festa do Caracol consiguió que cientos de personas se acercasen ayer hasta Santa María de Sacos para degustar un manjar que cuenta cada vez con más adeptos. Sin embargo, para los que todavía tienen reparos en probarlos, había también puestos de churrasco y callos.

Las raciones comenzaron a servirse a las 11.00 horas en la carpa instalada en Cotobade, concello en el que también se cultivaron todos los caracoles que se sirvieron en la fiesta gastronómica. En el municipio está ubicada la empresa Caracoles do Gallo, que exporta el producto a Cataluña, Euskadi y Francia, y que se encargo del suministro.

Fueron los miembros de la Asociación de Amigos do Caracol, organizadores del evento, los que se encargaron de cocinar el manjar en dos grandes ollas. Además, pusieron a disposición de todos los asistentes un amplio aparcamiento gratuito.

La fiesta cuenta con la colaboración del Concello de Cotobade, la Diputación de Pontevedra, la empresa Caracoles do Gallo y la Xunta de Galicia, a través de su denominación Galicia Calidade.

Este tipo de fiestas gastronómicas, que año a año se consolidan gracias al éxito de participación, contribuyen a que el municipio reciba un gran número de visitantes y "ayudan a potenciar los recursos propios de la localidad, además de ser un importante atractivo turístico", indicaba el alcalde de la localidad, Jorge Cubela, durante la presentación del evento.