Las vidas de Edelmiro Cuiña y su hermano Manuel han estado marcada por el sonido de los motores. En primer lugar, por los camiones que eran propiedad del abuelo Marcelino y, posteriormente, por las compañías de autobuses creadas por su padre y sus tíos. En la actualidad ambos son los propietarios de Cuiña, una de las empresas de autobuses líderes a nivel autonómico, que llega ya a su cuarta generación de propietarios. Amigos de Pontevedra rendirá homenaje a sus 86 años de historia el próximo día 11.

€¿Qué la parece el homenaje que le van a hacer Amigos de Pontevedra?

€Nos ha hecho mucha ilusión. El ser reconocido por la ciudad en la que vives y donde desarrollamos gran parte de nuestra actividad nos complace enormemente y, al mismo tiempo, nos anima a seguir prestando el mejor servicio posible.

€Su ompañía comenzó a funcionar en 1926, ¿qué recuerda de esos inicios?

€En 1926 nuestro abuelo Marcelino comenzó a dedicarse al transporte de mercancías y de viajeros. Luego, en 1935 nuestro padre Aurelio compró el primer autobús, un Dodge Brothers con capacidad para 34 personas que dedicó principalmente a ferias y mercados. Un año después estalló la Guerra Civil y tuvo que marchar al frente de Teruel. Tras el conflicto, Aurelio y su hermano Manuel compran por 500.000 pesestas la concesión de línea regular entre Bandeira, A Estrada, Codeseda, Campo Lameiro, Xeve, Lérez y Pontevedra, y se convierte en la base principal de la empresa en los años sucesivos. Cuando falleció nuestro padre, Aurelio Cuiña, nos constituimos en comunidad de bienes, administrada por mi madre Manuela Vence y sus ocho hijos. Fue una etapa amarga, dura y muy difícil de superar, pero juntos hicimos piña.

€¿Tiene alguna anécdota del funcionamiento de los transportes antiguamente?

€En la década de los 50 y 60 los autobuses llevaban dos ruedas de repuesto en el techo y cuando sufríamos un pinchazo los viajeros ayudaban a cambiarla. También teníamos tres clases: la primera, de la mitad hacia delante; la segunda: de la mitad hacia atrás y la imperial, que eran quince plazas apostadas en el techo. A veces, había que levantar algún arbol con dos pértigas para que pudieran pasar los pasajeros de esta última categoría.

€Actualmente, la Empresa Cuiña es una de las principales compañía de transportes a nivel autonómico, ¿cuáles han sido las claves del éxito?

€El crecimiento de la empresa se debió también a las oportunidades que surgieron en los años 70 y 80 con la creación del transporte escolar. Actualmente, prestamos este servicio con 32 autocares. Años después adquirimos pequeñas empresas familiares que nos fueron aportando nuevos clientes.

€Además, sin perder la condición de ser una empresa familiar. Y ya es la cuarta generación...

€Esto es uno de los pilares que nos hace sentir mas orgullosos. A pesar de que las dificultades propias de una empresas familiar, estamos en la cuarta generación. Queremos agradecer a mis padres, hermanos, esposas e hijos que hayan hecho esto posible.

€Desde el punto de vista de vuestro ejemplo empresarial, ¿cómo se sale adelante con la que está cayendo?

€No somos los más indicados para dar ejemplo, pero nuestra receta hasta ahora ha sido estar a disposición de nuestros clientes las 24 horas del día, trabajar con honradez e intentar disponer de la mejor flota de autocares posible. Además, rodearnos del mejor equipo humano, especialmente de conductores para que la seguridad esté por encima de cualquier otra cosa.

€En el caso de su compañía, ¿cómo veis el futuro?

€Somos realistas y, aunque estamos pasando un crisis importante, estamos convencidos de que tendremos nuevas oportunidades dado que no existe una forma de transporte por carretera más económica y de calidad que el transporte en autobús. Aunque hay gente que sigue pensando que el autobús es un transporte de segunda categoría, esto es algo que no se corresponde con la realidad. Vamos a apostar fuertemente por el transporte público, con iniciativas que hagan pensar a los ciudadanos que viajar en autocar es una alternativa real al uso del vehículo privado.

€¿Tienen pensado llevar a cabo alguna nueva iniciativa a corto plazo?

€Estamos volcados en una nueva ilusión: poder tener un museo con la historia de la empresa. Ya tenemos restaurados varios autocares históricos y recopiladas muchas fotos antiguas. Todo esto para cuando la situación económica lo permita. Mientras, nos conformamos con participar en alguna concentración de autobuses clásicos, exponerlos en eventos o simplemente dar un paseo por la ciudad de Pontevedra y alrededores.