¿Se esperaba el aluvión de críticas por los recortes? Ana Isabel Vázquez conviene en que sí, "siempre se espera una parte negativa, pero creo que no es para tirarse de los pelos, es cierto por ejemplo que este año tocaba una Bienal pero es que todo el personal está inmerso en la labor de musealización que vista desde fuera no se nota pero es muy complicada (restaurar, estudiar ubicación etc) y lleva mucho tiempo. Ese personal que habitualmente se dedica a la Bienal no podría trabajar en la musealización y había que escoger: o la Bienal de Arte o el Museo y consideramos que lo mejor es abrir cuanto antes al público el Museo con todas sus actividades".

—Se critica una "deriva de recortes" poco estudiada ¿Hay realmente una hoja de ruta para el Museo?

—Claro que la hay, por supuesto que si, la hoja de ruta que está establecida, lo que queremos lograr, es abrirnos a la sociedad. Consideramos que en el Museo hay mucho personal técnico muy cualificado como para conseguir que todo aquel ciudadano que no sea especialista en el mundo del arte tenga cabida en el Museo, hay que llegar a esas personas, y hay que llegar, está claro, de un modo diferente a como lo hacemos a los colectivos culturales o al público especializado. Y nosotros queremos llegar a ese otro público también, que el Museo no se cierre sino todo lo contrario, queremos estar cada día más abiertos, mostrar al ciudadano cada día más fondos y ofrecerle más actividad, pero para todos.

—¿Los cambios se están gestionando con criterios técnicos o políticos?

—Siempre con criterios técnicos, jamás ha habido en el Museo criterios políticos, todo el personal que hace propuestas y que lo dirige lo hace y es el mismo personal desde hace años, no hay personal nuevo, no hay ningún criterio político. Solo hay que ver todas las actividades que hemos desarrollado en el último año, se han desarrollado conferencias de todo tipo y de todo tipo de temática, incluído conferencias políticas, hemos hecho por ejemplo un debate sobre las elecciones en donde desde luego estuvieron muchas personas que no son cercanas al Partido Popular, que es el que gobierna en esta Diputación y sin embargo ahí han estado, ha habido conferencias de personas como Luis Eduardo Aute, que, bueno, no es un lider político pero creo que está bastante más cerca de la izquierda que de la derecha, es decir nunca ha habido criterios políticos para decidir absolutamente nada en el Museo. Todo el personal que trabaja allí desde hace años, todos ellos, son profesionales muy cualificados, todos hacen un gran trabajo y entre todos son los que están decidiendo el día a día del Museo.

—¿Por qué se devuelven las colecciones?

—No se ha devuelto ni una colección.

—¿Y la de Encrucillada?

—Ahí tengo que matizar con respecto a lo que he visto publicado en el periódico: la biblioteca del Museo tiene, sigue teniendo y tendrá, la colección de las revistas de Encrucillada, desde la década de los setenta hasta hoy en día, hasta el último ejemplar. Si es cierto que se ha paralizado la adquisición de nuevos ejemplares hasta la reorganización total de la biblioteca y en cuanto esté organizada adquiriremos todos aquellos pasados que no tengamos y los que vayan saliendo a la luz.

—¿Qué fondos se han devuelto entonces?

—Lo único que hemos devuelto es que Encrucillada tenía un pequeño local, un pequeño piso aquí en Pontevedra, funcionaba como una editorial e intercambiaba sus revistas con otras editoriales y otras empresas y asociaciones sobre todo de temática religiosa que es un poco la que ellos tienen. El local se les quedó pequeño y ya hace bastantes años que le pidieron al director del Museo si podía hacerles un hueco en el Museo para almacenar todas las cajas que contenían esas revistas, pero esos no son fondos del Museo, la revista que sí pertenece a los fondos del Museo está catalogada y dentro de la biblioteca con su código, esto era simplemente un almacén, el Museo funcionaba como un almacén, y el Museo de Pontevedra no puede ser un almacén de este tipo porque nuestros fondos afortunadamente siguen creciendo gracias a donaciones particulares muy importantes pero también gracias a los restos arqueológicos que día a día nos están llegando de las diferentes excavaciones que hay por toda la provincia, algo en lo que somos un referente a nivel nacional. Se nos quedan pequeños los espacios, se ocupaban incluso las salas de carpintería, diferentes sectores y necesitabamos de esos espacios, por eso se le pidió amablemente, que con calma fuesen buscando otro local. Cuando el monasterio de Poio consiguió un local y se lo cedieron para almacenar las cajas el propio personal del Museo las llevó hasta el monasterio, las trasladó, las colocaron donde dijeron los monjes y fue el Museo el que pagó todos los gastos. Y no hablamos nunca, insisto, de fondos del Museo, lo que está catalogado sigue allí.

—¿No se ha pedido a los dueños que se lleven nada más?

—Nada, yo incluso tuve dudas al ver en prensa ciertas afirmaciones y le pedí al director que me diese una copia del registro donde tendría que quedar constancia de todas las devoluciones y no hay devoluciones.

—Sorprende que diga que falta espacio después de invertir 24 millones de euros.

—A ver, tenemos que tener en cuenta que los fondos que van a estar colocados en el Sexto Edificio y el Sarmiento no están a día de hoy ahí, están guardados, bien guardados, en unas condiciones de conservación determinadas, por tanto están en otros espacios. Hasta que tengamos la exposición permanente totalmente ubicada en el Sexto Edificio y el Sarmiento no tendremos espacio disponible, en el momento en que la musealización esté completada si, porque ya se habrán trasladado todos aquellos fondos que estaban a resguardo y entonces si tendremos bastante más espacio.

—Las asociaciones culturales se hacen preguntas que suenan extrañas, como si se han destruído fondos.

—Suena extraño porque sería una locura, son cosas que no son ciertas ni lo han sido nunca ni jamás lo serán, nosotros no vamos a destruir jamás fondos, apreciamos el Museo tantísimo que sabemos que destruir fondos sería una auténtica locura, no se puede destruir ningún fondo, todo lo contrario, estamos intentando conservarlos, el disponer del mayor espacio posible para salas de conservación e incluso digitalización para que, cada vez más, podamos mostrar al público todo lo que tiene el Museo, que creo que para la gran mayoría todavía es un gran desconocido.

—Se mencionaba la destrucción de prensa antigua.

—Tampoco es cierto, el Museo no tiene el Depósito Legal de Prensa a partir de 1960, los diarios a partir de esa fecha son los que ya no están en el Museo porque no tenemos ese depósito legal y porque quienes deben conservarlo son la Biblioteca Pública de Pontevedra y la Biblioteca Nacional, las bibliotecas son las que tienen ese depósito. Entonces con toda esa prensa que teníamos a partir de 1960 lo que se hizo fue ofertarlos a diferentes, por ejemplo medios de comunicación, a los propios periódicos y muchos de ellos no los aceptaron porque ya los tenían y además digitalizados, otros sí y nos los pidieron para completar sus propias colecciones y otros se han ofrecido incluso a bibliotecas públicas, bibliotecas generales, pero no se destruye nada. Y por supuesto nada de prensa antigua, toda la del XIX está especialmente guardada, se ofrece a los investigadores porque de momento no está digitalizada pero sí está en proceso de iniciarse de forma casi inminente una digitalización para que podamos ofrecerle a todo el interesado la mejor forma de consulta y no el papel original que necesita de unas condiciones especiales de conservación porque es muy frágil.

—¿Se ha pensado en trasladar fondos a la Cidade da Cultura, a Gaiás?

—Jamás, nunca, ni se ha trasladado ningún fondo, no ha salido nada de nada del Museo, ni queremos que se traslade. Todo lo que tenemos queremos que se conserve y además queremos mostrar lo máximo posible lo que tengamos, no tenemos pensado ni creemos que sea oportuno trasladar ningún fondo al Gaiás, al Museo no le sobra nada pese a tener miles de fondos y pese a estar en plena reorganización, no pensamos enviar nada a Gaiás.

—¿Ni se están retirando depósitos?

—Al revés, estamos recibiendo todos los días, por ejemplo las piezas arqueológicas de intervenciones en toda la provincia. Y esos depósitos se vienen al Museo, no se van al Gaiás ni a ningún otro.

—También se ha criticado que se ubique el futuro restaurante del Edificio Sarmiento en la zona dedicada a arqueología y las asociaciones culturales se preguntaban, por ejemplo, donde se exhibirá la epigrafía romana, algo que estaba definido anteriormente en el programa. ¿Ha habido modificaciones?

—No, todo eso efectivamente ya estaba definido hace años en el proyecto, de hecho el director, Carlos Valle, me trajo un DVD, porque yo le había preguntado si había modificaciones porque no es infrecuente que las haya, en el momento en que se hace el diseño se piensa en una pieza u otra, pero todo puede cambiar, pero es que todo eso ya está definido y Carlos es realmente el que decide qué es lo que va en cada una de las salas y en cada uno de los edificios. Es cierto que el restaurante va en una sala, ya hace mucho tiempo, más de un año, que sabemos que allí va a ir un restaurante, y lógicamente si va un restaurante es un espacio menos que tenemos para mostrar fondos, pero también tenemos que entender que además de no disponer de ningún otro sitio donde ponerlo los mejores museos del mundo tienen un restaurante que funciona como gancho para atraer al público. Los museos se vuelven locos todos los días para buscar actividades que atraigan al público. Y sobre todo al público no especializado, que es el que no se acerca tanto a los museos y al que tenemos que atraer con diferentes tipos de actividades, y el restaurante será una de esas actividades que nos permitan traer más público. Y además habrá mucha pared de cristal que nos permita ver al fondo una sala de miliarios preciosa, que ya está prácticamente situada porque los miliarios pesan toneladas y a medida que se ha ido haciendo la construcción ya se han ido colocando, con lo cual va a reforzar el atractivo para acercarse hasta el Museo.

—¿Piensa la Diputación en un cambio del equipo directivo que encabeza Carlos Valle?

—No, no hemos pensado en ningún cambio en la dirección, seguimos trabajando con el mismo personal que teníamos al empezar, no nos sobra ningún personal, todo lo contrario, nos haría falta más pero dados los momentos en los que estamos nos conformamos con todo el que tenemos, que es un personal muy profesional, lleva años trabajando en la materia, saben de lo que hablan, Carlos (Valle) sigue realizando las mismas tareas. Cierto es que el Museo es un ente mucho más grande de lo que era hace años y por eso hace también años que se creó la figura del director de gestión para todo el tema administrativo, que se está todo el día negociando con empresas precios de suministros, de equipamientos y dotaciones de salas, hay trabajo y cometidos para todos y no estamos pensando en ningún cambio de dirección.

—Se ha interpretado la polémica como un intento de reducir la autonomía del Museo...

—Al igual que no vamos a cambiar la dirección tampoco reducir la autonomía, el Museo de Pontevedra es un gran ente y tiene toda la autonomía que ha tenido siempre, va a seguir teniendo la misma, siempre fue dependiente de la Diputación, que es la que proporciona los fondos para que podamos tener un presupuesto y realizar actividades, pero todo lo que se realiza es a propuesta de todo el personal técnico, del director, de gente de fuera que hace propuestas y que todo el personal técnico evalúa y hace un informe favorable o no, en virtud de todo eso, de la actividad que se pueda desarrollar y del tiempo se lleva a cabo o no.

"Si hay espacio, encantados de hacer un hueco a la Polifónica"

—¿También habrá espacio una vez reorganizado el Museo para la Coral Polifónica?

—En 1979, y así quedó registrado en las actas de la comisión de Cultura del Museo, la Coral Polifónica pidió si por favor le podían ceder algún espacio dado que el lugar en donde estaba ubicada no reunía las condiciones necesarias para los ensayos y para tener sus pertenencias. En aquel momento el director, que era Filgueira Valverde, decidió junto con la Diputación que podíamos cederle las instalaciones del Edificio Sarmiento (en aquel momento se llamaba Capilla do Fogar Provincial) para ensayar y se puso por escrito que sin que en ningún momento supusiese cesión de uso. Desde ese momento y hasta hoy en día han venido ensayando y han depositado sus cosas, la cuestión es que en ese edificio en breve tendrán que hacerse reparaciones porque ya tiene sus años y necesita ser reparado, entonces todos los fondos que teníamos antes (porque también era la zona donde estaban los grabados de Goya, los cuadros de Soroya) se ha ido retirando todo, está completamente vacío, y le pedimos que las cosas que tenían como órganos, también por seguridad, que los retirasen. No tenemos ahora mismo un sitio concreto que dejarles, ellos siguen ensayando hasta el día de hoy porque les dijimos que hasta que empiecen las obras podrían seguir ensayando y así será hasta que acabe la temporada, y en el momento en que tengamos toda la planta reformada (que además en la parte de arriba se van a situar oficinas para todo el personal, una planta que será la nueva zona de oficinas, llena de luz natural, para mejorar las condiciones de trabajo) si vemos que tenemos espacio encantados de hacerles un hueco alli, para ensayar y para depositar sus cosas.