Gerardo Fernández Costa tiene 34 años. Es sordo-ciego (en la infancia conservaba parte de la vista y el oído pero las fue perdiendo por una enfermedad degenerativa) y su gran motor es el deporte. "Es lo que lo mantiene con vida, cuando podía corría, después cuando no pudo hizo lanzamiento de peso y cuando no podía lanzar porque también tiene un problema grave de equilibrio se reencontró con la bicicleta, en este caso una adaptada, un tándem", explica el guía de este vehículo especial, Javier Pitillas.

Éste participó ayer en la presentación en Pontevedra de "Discamino", que supone la continuación del proyecto iniciado en 2009, cuando consiguieron un triciclo tándem e hicieron por primera vez el Camino de Santiago desde Roncesvalles.

La sede noble del Casino Mercantil fue escenario del debut de "Discamino" en la ciudad, una presentación en la que participó Gerardo Fernández y que también incluyó la proyección del documental "El camino de los sentidos", grabado en esa primera peregrinación realizada hace tres años.

"Desde entonces cada año hemos ido haciendo una cosa nueva, porque no se le puede parar", indica Javier Pitillas. Así, en su nueva aventura también cubrirán esa ruta de 800 kilómetros pero esta vez acompañados de un niño de Córdoba, Antonio Luque, con parálisis cerebral, que viajará con su padre en una bicicleta con silla de ruedas.

El próximo 23 de junio saldrán para Roncesvalles en furgoneta para al día siguiente iniciar el pedaleo, que los participantes esperan que sea tan fácil como viajar por el centro histórico de Pontevedra. "Es una zona muy adaptada, sin barreras, perfecta", indica a este respecto Javier Pitillas.

Más problemas plantearán algunos tramos de la ruta jacobea poco adaptados, aunque los expertos aseguran que "los que no conocen las capacidades de Gerardo o de Antonio pueden pensar que son solo discapacitados, pero en realidad están muy capacitados para las cosas que pueden hacer, solo necesitan alguien que los guíe".