Rolando Quintero Franco, el joven de 24 años de origen colombiano que permanece encarcelado en la prisión de A Lama acusado de descerrajar un tiro en la cabeza a un compatriota suyo en la discoteca Río Latino de Pontevedra, se enfrenta a dos acusaciones de tentativa de asesinato y tenencia ilícita de armas por las que piden penas que casi alcanzan, en un caso, los 18 años de prisión.

En cuanto al Ministerio Fiscal, la petición de condena asciende a 12 años de prisión por la tentativa de asesinato y dos años y tres meses por la de tenencia ilícita de armas, mientras que la acusación particular, que ejerce el abogado Jorge Cubela Boullosa, incrementa su solicitud hasta los 14 años y 11 meses de prisión por el primero de los delitos y tres años más por la posesión del arma de fuego con la que supuestamente disparó a la víctima, pese a que la pistola nunca que se llegó a recuperar. Durante los días posteriores al suceso, agentes de los GEOS de la Policía Nacional habían peinado el fondo del Lérez sin éxito, ya que al parecer el acusado confesó a los investigadores que lanzó el arma a una zona determinada del río.

Además, ayer también trascendió que la acusación particular solicitará que Rolando Quintero Franco indemnice a la víctima por las graves secuelas que padece con la cantidad de un millón de euros. Según la tesis que defenderán las acusaciones durante la vista oral que tendrá lugar en la Audiencia Provincial de Pontevedra, Rolando Quintero Franco entró en la madrugada del 11 de abril en la discoteca Río Latino de Pontevedra, ubicada en la calle Benito Corbal, armado con una pistola de pequeño calibre. Una vez en el interior se acercó hacia la víctima, Andrés Felipe D. G., de 36 años de edad, quien se encontraba en la pista de baile y, según la acusación, le descerrajó un tiro en la cabeza a muy corta distancia. Luego abandonó el local.

Según el escrito de acusación particular, un movimiento de la cabeza en el último momento por parte de Andrés Felipe D. G. para intentar evitar la agresión es lo que hoy en día lo mantiene con vida. El disparo habría entrado así por la zona del oído y evitó que fuera mortal de necesidad en ese mismo momento. Con todo, la vida de Andrés Felipe D. G. pendió de un hilo durante varias semanas en las que esta persona se mantuvo en coma en la UCI del Hospital Xeral Cíes de Vigo.

Tanto el fiscal como la acusación particular califican los hechos como un asesinato en grado de tentativa al entender que el presunto agresor actuó con alevosía y sin que la víctima tuviera apenas posibilidad de defensa.

Una vez que los escritos de acusación han sido trasladado a las partes, resta que la Audiencia Provincial de Pontevedra señale una fecha para la celebración de la vista oral, de tal forma que el juicio incluso podría celebrarse a lo largo del próximo mes de mayo o en junio. El pasado 11 de abril se cumplieron dos años del suceso, por lo que fue necesario prorrogar al situación de prisión provisional para Rolando Quintero. La instrucción del caso se demoró debido a la valoración por parte de los forenses de las graves secuelas físicas que padece la víctima.

El disparo incapacitó a la víctima casi por completo

La elevada indemnización que se reclama para la víctima se debe a las graves secuelas que padece esta persona a consecuencia del disparo que a punto estuvo de costarle la vida. Después de pasar varias semanas en coma y meses ingresado en el Hospital Xeral Cíes, las partes trabajan con varios informes forenses en los que se determina que las heridas que sufrió Andrés Felipe D. G. a consecuencia de estos hechos lo dejan prácticamente incapacitado.

Entre otras lesiones, padece hundimiento craneal como consecuencia del disparo y necesita de una silla de ruedas para realizar largas distancias.

La presencia de un médico en el lugar de los hechos fue clave

Para la acusación particular, el hecho de que Andrés Felipe D. G. siga hoy con vida se debe a muchos factores que tienen que ver incluso con la fortuna, como fue el hecho de que pudiera ser asistido rápidamente en el lugar en el que se produjeron los hechos por una doctora del 061 que pasaba por la zona con una ambulancia casualmente.

Acerca de las causas que provocaron estos hechos poco se ha aclarado, al menos oficialmente. Desde la Policía Nacional se habló en su momento de desavenencias familiares ya que las parejas de víctima y agresor eran parientes entre sí.