Sin poder pagar la hipoteca desde hace casi un año y a dos meses de concluir su prestación por desempleo, José Antonio Viqueira y su esposa Francisca se ven abocados a acudir a la generosidad de sus amigos y de Cáritas de Marín, para alimentar a sus cuatro hijos (de entre 40 días y 12 años de edad). La familia Viqueira vive en Cuñas, Ponte Caldelas, desde hace seis años, pero no ha encontrado ayuda en este ayuntamiento.

José Antonio asegura que cuando se vio necesitado acudió en primer lugar al alcalde de la localidad, Perfecto Rodríguez, en quien no encontró ningún tipo de colaboración. Lo hizo porque "soy votante de derechas desde que nací" y porque el alcalde es la autoridad más cercana al vecino en un pueblo como Ponte Caldelas, explica. Sin embargo en el ayuntamiento encontró más trabas que ayuda. "El alcalde me remitió a la asistenta social y ésta me dijo que había unas tres o cuatro bolsas de alimentos al año, no lo tenía claro, y que una ya la había perdido porque estábamos en febrero; para conseguir las otras tenía que reunir unos quince documentos y requisitos", explica José Antonio.

Con un vehículo "regalado por mis amigos" y sin poder adquirir gasolina más que para llevar a sus hijos a la escuela, este padre de la familia y su mujer entendieron que desplazarse a Pontevedra y Vigo varias veces, para solicitar y recabar todos los documentos que le exigían en el ayuntamiento, les salía más caro que las tres bolsas de alimento al año que el Concello les oferta.

Por el contrario, en Cáritas de Marín les ofrecen la posibilidad de recibir una bolsa de alimentos cada semana, sin necesidad de aportar documento alguno. "Estoy a punto de aceptarlas, por mis hijos, que son lo primero en la vida", explica.

José Antonio, con 49 años, fue agente de seguros. Se quedó en paro en junio de 2010 y desde entonces recibe un subsidio de 1.000 euros al mes.

Su hipoteca, que firmó inicialmente por 800 euros, alcanza ahora los 1.100 euros mensuales. En junio dejará de cobrar el paro y pasaría a recibir la ayuda de emergencia, de 400 euros mensuales. Con mujer, también sin trabajo remunerado, y cuatro hijos pequeños, a José Antonio se le hace imposible afrontar las facturas de la casa. Por eso ya no puede pagar la hipoteca y teme que el banco ejecute la orden de embargo de un momento a otro.

Su hija más pequeña cuenta solo 40 días. "El último recibo de la luz es de 334 euros; alguno dirá que corte la corriente, pero la calefacción es eléctrica y no voy a hacer pasar frío a una criatura de 40 días, como tampoco a ninguno de sus hermanos", razona José Antonio. "También conozco el lado oscuro y podría hacer una locura para sacar adelante a mis hijos, pero soy cristiano y confío en poder salir adelante de forma sana", se explica.

Un anónimo les dejó un sobre con 1.400 euros

El perro de la familia Viqueira mordía un día un sobre que había encontrado en el patio interior de la casa. José Antonio y su mujer se extrañaron de que el can tuviese un sobre en la boca y fueron a comprobar de qué se trataba. En el sobre ponía "Para la familia Viqueira" y en su interior había 1.400 euros. Era la donación anónima de algún amigo o vecino.

Por el contrario, José Antonio Viqueira se queja de la actitud de los responsables del Concello de Ponte Caldelas, donde pidió ayuda. "Me gustaría que el alcalde tuviese más sensibilidad, que viniese a hablarme y que escuche los problemas de la gente, que no mire para otro lado", argumenta este padre de familia, que forma parte de la nómina de 800 parados de Ponte Caldelas. "Dicen que 1.200 personas se han ido del municipio y no me extraña, yo vine a vivir a Cuñas porque quería darle una vida mejor a mis hijos, pero si siguen así las cosas me tendré que ir también", añade.

Aunque se declara votante de derechas, José Antonio Viqueira subraya que en el ayuntamiento solo ha encontrado apoyo en el líder local del PSOE, Andrés Díaz: "No me interesan los políticos, me interesan las personas, y Andrés es la única persona del Concello que me ha escuchado".

Presupuestos

El portavoz del grupo municipal socialista ha solicitado al gobierno local que modifique los presupuestos de este año, que reducen la aportación de Acción Social a 7.833 euros, asigna 10.000 euros al fomento del empleo y aporta 6.600 euros al capítulo de ayudas de emergencia social "cuando en Ponte Caldelas, como en todas partes, cada vez habrá más casos de extrema necesidad". Mientras, critica Díaz, se mantiene intacto el sueldo del alcalde, la aportación de 32.880 euros para la asistencia de los ediles a órganos colegiados del Concello, o los 4.000 euros destinados a gastos de protocolo. "Pedimos al gobierno local que priorice los problemas reales de las personas y que modifique los presupuestos para hacerlos más solidarios", expone Díaz Sobral.

José Antonio Viqueira también ha intentado llegar a algún acuerdo con el banco, inútilmente, si bien "mi problema más pequeño es con el banco –explica–, si quieren la casa ahí la tienen, otra más para que se les caiga a cachos".