Al grito de "Caixanova chorizos", o "Devolvede o que é noso", unos cuatrocientos afectados por las participaciones preferentes emitidas por Novagalicia Banco hicieron oír su protesta por las calles de Pontevedra. Trataron de acceder en primer lugar al centro cultural de la plaza de San José, donde a las cinco de la tarde debía iniciarse una conferencia de Xosé Luis Méndez Ferrín sobre "Galiza e Europa hoxe", dentro de la Semana Galega da Filosofía.

Los responsables de la entidad financiera impidieron el acceso al edificio de las personas que por cualquier motivo fuesen relacionadas con la protesta. Al acumularse un gentío a las puertas de la sede social de Novagalicia Banco, optaron por cerrar las puertas e impedir la entrada a cualquier persona, incluidos los inscritos en el congreso de Filosofía.

Ferrín

Incluso el propio conferenciante, Méndez Ferrín, tuvo problemas para acceder al edificio. Tuvo que hacerlo por una puerta lateral, pasados unos minutos de incertidumbre, acompañado por responsables de la sede bancaria. "Paréceme moi ben que entren, que falen e que manifesten o que queiran, o problema é que esta non é a miña casa e eu non decido", declaró Ferrín al ser preguntado por la protesta.

Los pocos congresistas que habían podido acceder hasta entonces al recinto optaron por salir y, en muchos casos, unirse a la protesta que reunía fuera a cientos de afectados por el producto financiero tóxico.

En las puertas del centro cultural Novagalicia se vivieron momentos de tensión. Los afectados denunciaron la agresión a un manifestante por parte de un vigilante de seguridad de la entidad, tras lo que tomó el control de las puertas la Policía Nacional.

La charla de Méndez Ferrín se trasladó a la Plaza del Teucro con solo un puñado de congresistas que se enteraron de la improvisada modificación del programa, mientras los afectados por las preferentes optaron por trasladar su protesta a todas las sucursales que la entidad tiene en Pontevedra.

Ante las oficinas urbanas de Novagalicia Banco corearon sus consignas, distribuyeron octavillas informativas sobre la "estafa" y el "robo" del que afirman ser víctimas y, en algunos casos, arrojaron huevos sobre las fachadas de las oficinas, que entre las cinco y las siete de la tarde –cuando se desarrolló la protesta– estaban cerradas. La improvisada manifestación provocó retenciones de tráfico en algunos puntos de la ciudad.