En apenas unas horas un pontevedrés de 36 años de edad protagonizó un robo con violencia a una joven en la AP-9, se fugó en un coche que había sido robado en Vigo, se saltó un control de alcoholemia y protagonizó una rocambolesca fuga a pie por una zona de maleza perseguido por los agentes de la Policía Nacional y Local de Pontevedra que finalmente lo detuvieron. Pese a que la Policía le imputaba un delito de robo o hurto de vehículo, un robo con intimidación, un delito contra la seguridad del tráfico y otro de desobediencia grave y pese a que cuenta ya con un largo historial delictivo, esta persona quedaba ayer en libertad tras comparecer ante el juzgado de guardia de Pontevedra.

Los hechos se remontan a las tres y media de la madrugada del Viernes Santo cuando los agentes recibieron un comunicado a través de la centralita del 091 en el que se denunciaba que una joven había sido víctima de un robo con violencia en el área de descanso de la AP-9 en dirección Vigo a Pontevedra, a la altura de Vilaboa. Según este aviso, el presunto autor del robo se había dado a la fuga en un vehículo cuyo robo había sido denunciado previamente en Vigo.

Se topó con un control

Rápidamente los agentes de la Policía Nacional de Pontevedra desplegaron un dispositivo de búsqueda contactando para ello con los efectivos de la Policía Local de esta ciudad, quienes se sumaron al operativo. Poco después, unos agentes de la Policía Local que se encontraban realizando un control de alcoholemia en la calle Conde de Bugallal informaron a la Comisaría de que al tratar de darle el alto a un vehículo similar a que se estaba buscando éste hizo caso omiso y se dio a la fuga. Un agente de la Policía Local salió corriendo detrás del coche y observó como un hombre se bajaba corriendo del mismo. El sospechoso penetró entonces en una zona de maleza, una finca próxima a un lugar conocido como Poza da Barcea, siendo el policía informado en ese momento de que el ocupante de ese turismo era el presunto autor del robo con intimidación que trataban de localizar el resto de los agentes.

Así, de forma conjunta, agentes de la Policía Nacional y Local iniciaron una batida por esta zona de maleza observando en un momento dado como el sospechoso saltaba un muro de unos tres metros de altura para huir de los perseguidores llegando finalmente a la calle de A Parda, en donde fue interceptado por dos agentes de la Policía Nacional. En un primer registro se le intervino un teléfono móvil, 30 euros y un juego de llaves del vehículo que figuraba como sustraído. También se trasladó al depósito el vehículo robado, donde permaneció bajo custodia hasta que fue inspeccionado por agentes de la Brigada de Policía Científica. Un coche que ya fue devuelto a su propietario en Vigo y que presentaba "múltiples daños", según fuentes policiales.

Las infracciones que se le imputaban a este pontevedrés no acabaron ahí ya que luego se comprobó que también carece de carné de conducir.

Tuvo que ser ingresado en el hospital por las heridas que se hizo en la fuga

Según explica la Policía Nacional, el presunto autor de los hechos presentaba múltiples arañazos por todo el cuerpo que se había provocado al huir entre la maleza. También sangraba abundantemente por una mano por lo que fue trasladado por los agentes a un centro médico cercano. Tras una primera valoración fue derivado a Montecelo en donde permaneció ingresado y custodiado por los agentes debido a su condición de detenido.

Allí los facultativos realizaron una exploración al detenido en la que le localizaron otros 130 euros que ocultaba y que se correspondía con la cantidad sustraída a la presunta víctima del robo cometido en la AP-9. Horas después era dado de alta y ayer fue puesto a disposición judicial que decretó su puesta en libertad con cargos.

Ya fue arrestado por tentativa de agresión sexual y atentado

Según indican distintas fuentes policiales, el detenido es un viejo conocido de la Policía Nacional con quien ya tuvo algún roce en el pasado. Esta persona fue detenida en múltiples ocasiones a lo largo del último año, alguna de ellas por situaciones de gravedad como una supuesta tentativa de agresión sexual o por intentar agredir a unos agentes de la Policía Nacional con una jeringuilla.