Los abuelos están siendo "el verdadero colchón protector de multitud de deficiencias sociales", critica Andrés Vázquez, que alerta de que numerosos "abuelos canguro" están desbordados de trabajo, presentan síntomas como cansancio permanente, hipertensión emocional, tristeza o sentimientos de inutilidad y culpa. Estos mayores a cargo de sus nietos (en ocasiones durante toda la jornada laboral) aseguran sentirse "utilizados y angustiados".

—¿Qué porcentaje de los abuelos está implicado en el cuidado diario de los nietos?

—Lo que nos están diciendo los últimos estudios es que el 50% de los abuelos hoy están cuidando en España, y casi podríamos decir en toda Europa, de sus nietos. Y de ese 50% entre el 60 y el 70% cuidan de los niños más de ocho diarias, el equivalente a una jornada laboral.

—Y usted se pregunta que quién los cuida a ellos.

—(risas) Efectivamente, si, nos preguntamos que si ese 50% de los abuelos cuida a diario de sus nietos quién los cuida a ellos; los estudios lo primero que nos indican es que participan activamente en el cuidado de sus nietos, lo segundo que sabemos es que estos cuidados, esta actitud es positiva para los niños y para los abuelos, por un lado se enraíza a los nietos con la cultura, se transmite el patrimonio inmaterial que es la cultura de los abuelos y de alguna forma a los mayores los acerca a la actualidad y los actualiza. Una vez dicho esto, tras constatar que es positivo, concluimos que tiene que ser siempre algo en positivo y no puede plantearse el cuidado de los nietos como un problema, para que esto sea así lo primero es dar unas recomendaciones básicas a los abuelos: que sean conscientes de que si alguien quiere cuidar lo primero que tiene que hacer es cuidarse; lo segundo que tienen que hacer es ponerle límites a los cuidados, el cuidado de un nieto muchas veces no es una tarea sencilla, tampoco es lo mismo en función de las edades y hay notables diferencias, la responsabilidad y la educación son distintas por ejemplo a los 5 o a los 12 años y hay veces (no pocas) en que el trabajo de los cuidados supera las capacidades de los abuelos. Nosotros que estamos en el medio no nos damos cuenta de la situación y los abuelos no nos dicen que están sobrepasados, de modo que damos por hecho que ellos pueden cuidar siempre.

—¿Qué es lo que denominan Síndrome del Abuelo Esclavo?

—Es simplemente un abuelo sobrepasado que no es capaz de manifestarlo y que se siente atrapado en el mecanismo de los cuidados y de las relaciones con sus hijos, simplemente es eso: una persona mayor que tiene hijos y nietos a su cuidado, que se ve sobrepasado y ese cuidado ya no es placentero sino que es una obligación que supera su capacidad y que le produce un fuerte estrés. Y pone en el brete la relación con su hijo: si ella (porque generalmente es una abuela) le dice a los hijos que ya no puede cuidar de los nietos teme que la relación con su hijo se rompa, que es lo último que desearía. Y por otro lado el hijo da por hecho que su madre no le va a decir nunca que no y si le dice que no pone en riesgo la relación.

—¿Cada vez ven más este síndrome en las consultas?

—Si, sin duda, de hecho a raíz de todos estos estudios que empezaron con la encuesta del Imserso de 2010 y que ahora ha continuado la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción y Cajamadrid con su estudio sobre los abuelos, desde la Sociedade Galega de Xerontoloxía hicimos una recomendación porque realmente y sobre todo con la crisis estamos empezando a ver cada vez más este síndrome en las consultas: el abuelo o la abuela muy estresado, sin manifestar pero padeciendo esta situación de estrés, de estar sobrepasado y no poder comunicarlo.

—¿Es especialmente marcado en este problema en una comunidad envejecida como Galicia?

—Cuantas más personas mayores tengamos en una comunidad más prevención habría que hacer, por eso la Sociedade Galega de Xeriatría quiere por lo menos ponerse a disposición de las personas mayores para hacer estas pequeñas recomendaciones que puedan prevenir que este efecto se extienda, es nuestra obligación, podemos hablar de la deshidratación, de la prevención de la hipertensión o de la diabetes y también estamos en la obligación de comunicar sobre estos nuevos síntomas que aparecen. Y por supuesto Galicia, que tiene un índice de envejecimiento mayor, tiene más abuelos y por lo tanto mayor riesgo de que sus mayores padezcan este tipo de síndromes.