La administración concursal de Clesa plantea ahora un nuevo ERE extintivo para la factoría de Caldas. El ajuste, que el comité de la planta trasladará hoy a todos los trabajadores, supone un recorte de dos tercios de la plantilla. La parte que se salvaría del despido se dedicaría al mantenimiento de la producción.

Estos son algunos de los datos que los gestores de la firma láctea detallaron ayer por la tarde a la presidenta del colectivo laboral, Lola Ramos. En la comunicación se informaría de que el propósito de esta regulación de empleo sería eliminar la mayor parte de la plantilla, que en la actualidad ronda los 140 puestos, para dejarla en torno a unos 40. Estos serían los encargados de lograr que el recinto de Saiar pudiese seguir activo en sus líneas de producción. En la actualidad éstas están a un 30% de su capacidad.

El comité de empresa ha convocado a todos los trabajadores a una asamblea informativa que se desarrollará a partir de las once de esta mañana en el interior de la fábrica. En ella se concretarán el alcance y los detalles de esta última propuesta de la administración concursal. Un documento cuyas características desvelaron ayer los gestores a los representantes de la plantilla por vía telefónica.

La primera comunicación sobre el nuevo ERE la recibía el comité apenas unas horas después de la reunión del comité de seguimiento. Éste, en el que participan representantes laborales y políticos de Caldas, se llevó a cabo ayer por la mañana. En él el alcalde, Juan Manuel Rey, informó de que había encargado tres estudios para evaluar el coste de la operación de venta de la fábrica. Todo para tratar de desbloquear el proceso de adjudicación de la factoría, al que en la actualidad solo concurre Feiraco en colaboración con otras cooperativas gallegas y con el apoyo económico de la Xunta. Y es que fuentes próximas a la operación aseguran que la oferta asciende a 10,7 millones de euros, una cantidad que supone una cuarta parte de la aspiración máxima que habrían desvelado los administradores en algunos círculos: 40 millones de euros.

Así, desde el Concello se ha logrado el compromiso de colaboración de Consello Galego de Cámaras de Comercio, el Consello Galego de Economistas y de un catedrático de Economía de la Universidade de Vigo para obtener un informe detallado sobre cuál sería el coste más apropiado de la operación. Las conclusiones tendrían que estar preparadas en menos de 15 días. Luego se enviarán al juez del proceso concursal. La premura resulta fundamental puesto que la intención es poner fin al proceso concursal antes de que termine el año.

Los administradores concursales dijeron en su momento que la venta de la planta de Caldas tendría que quedar resulta antes de que acabase el año. Incluso llegaron a decir que podría quedar todo concretado ya el pasado mes de noviembre. De todos modos esas afirmaciones resultan ahora más dudosas que nunca, puesto que se produjeron en la misma reunión, hace aproximadamente un mes, en la que trasladaron al comité de empresa que no aplicarían ningún ERE y que sería el próximo propietario quien decidiese.