El concello prevé actuar en los próximos años en unas 2.600 hectáreas de bosques en las que se realizarán limpiezas y se plantarán árboles autóctonos. La idea es crear perímetros de seguridad alrededor de los núcleos poblados para evitar que en caso de un incendio las llamas amenacen las viviendas.

El alcalde, Miguel Fernández Lores, explicó este proyecto durante su visita, ayer, a los trabajos realizados en monte Senín, en Mourente. En esta parroquia los comuneros han realizado la limpieza de las 35 hectáreas (de un total de 40 propiedad de la Comunidad de Montes) incluidas en el plan Monte Vivo.

Fernández Lores señaló a los trabajos en monte Senín como un ejemplo de "lo que queremos conservar, potenciar y enriquecer el monte mediante especies autóctonas". Recordó que las mejoras en el bosque son una labor social "porque crea paisaje, riqueza, contiene el agua, crea suelo, permite espacios de ocio y genera oxígeno para la ciudad".

Asimismo, el regidor pontevedrés incidió en que sin ayudas públicas este tipo de mejoras (caso de las realizadas en monte Senín: un terreno en pendiente en donde todos los trabajos han de realizarse a mano) sería "difícil" que se llevasen a cabo y mantener el bosque, máxime en el actual escenario de despoblación del rural y crecimiento de las masas arbóreas sin limpieza.

Hasta el momento el plan Monte Vivo ha supuesto la inversión de dos millones de euros y se ha actuado sobre 800 hectáreas, de un total de 6.700 con las que cuenta el concello.

A propósito de la diferencia de enfoque que supone Monte Vivo con respecto a la política forestal de la Xunta, el alcalde (que en la visita estuvo acompañado por la directiva de los comuneros de Mourente y el concejal Luis Bará) defendió "una política forestal verdadera, a años vista y con inversiones públicas" y lamentó que se abandonen las lineas de trabajo iniciadas durante el mandato de Suárez Canal.