En 1999 inició su andadura Hifas da Terra, una empresa de biotecnología dedicada a la producción de seta ecológica certificada y sus derivados. Su apuesta vanguardista y su defensa de los recursos forestales gallegos la ha hecho merecedora del Premio Joven Empresario del Año en Galicia, que recogió recientemente en Santiago la bióloga, gerente y fundadora de la firma, Catalina Fernández de Ana Portela, pero también del reconocimiento de sus clientes en varios países del mundo.

—¿Qué es Hifas da Terra?

—Una empresa de biotecnología aplicada a la micología. ¿Esto qué quiere decir? Que somos una empresa del área tecnológica que lo que pretendemos es acercar el mundo de la micología, por ahora poco conocido y divulgado, a la sociedad, y para ello diseñamos productos que puedan de cultivo, y en este campo lo que intentamos es diseñar aquellas cosas novedosas que puedan atraer a la gente como quien quiere una tomatera o cualquier otra planta ornamental o de cultivo, pues lo mismo, proponemos que cualquiera pueda tener su propio kit de cultivo micológico en casa.

—Han sido elogiados especialmente por sus proyectos de investigación y desarrollo...

—Es uno de los pilares de la empresa, el I+D. Tenemos el vivero de plantas micorrizadas, uno de los mayores a nivel europeo, y nosotros estamos especializados en castaños. Lo que hacemos es asociar hongos a las raíces de las plantas de manera que se produzca la micorrización, una simbiosis que favorece el crecimiento de la plantas, en especial de los castaños, haciendo que sean resistentes a enfermedades como la tinta (una de las patologías que más les afecta) y también ofrece cierta resistencia al chancro, otra de las grandes amenazas.

—¿A mayores realizan cultivos?

—Si, lo que hacemos es cultivar setas de forma ecológica porque es otra idea fundamental de la empresa, intentar que todo lo que llevemos a cabo sea ecológico, y cultivamos setas comestibles para uso gastronómico, las deshidratamos, también las servimos en fresco y también elaboramos complementos alimenticios a base de setas, que es en lo que estamos ahora más centrados.

—¿Los complementos alimenticios a base de setas son la nueva gran área de demanda?

—Exactamente, están basados en estudios científicos previos y en las prácticas de culturas orientales en las que las setas no solo han sido parte fundamental de la dieta sino que han sido utilizadas por sus virtudes terapéuticas. A mayores con los estudios moleculares de las setas vemos que si existen ciertas sustancias que pueden ayudar en ciertos tratamientos, pueden ser complementos no podemos decir por supuesto que curativos pero si un buen coadyuvante. Y eso es en lo que realmente la empresa se está especializando de forma importante porque ya no solo estamos en España sino que también llegamos a Italia, Nueva Zelanda, Portugal, Francia y las negociaciones siguen hacia Dubay, Marruecos e incluso el norte de Europa, en donde competimos con empresas muy grandes, que son líderes en el sector, y que aquí no son tan conocidas y por esa razón tenemos más mercado.

—Con todo casi la mitad de su clientela reside en el extranjero...

—Podríamos hablar de un 40% de nuestros productos que se destinan al mercado internacional.

—¿En España las posibilidades de las setas continúan siendo grandes desconocidas?

—En España las setas continúan siendo grandes desconocidas y de hecho una de las misiones y de las ideas principales de la gerente de la empresa, Catalina Fernández de Ana, es divulgar el conocimiento de las setas porque obviamente muchas especies son grandes desconocidas, unas por sus propiedades y otras porque existe la posibilidad de que sean venenosas. Nosotros cultivamos setas, a partir de las setas cultivadas extraemos los diferentes productos, es la forma de ofrecer productos de calidad, totalmente controlados y como decíamos antes ecológicas, por lo tanto el riesgo en este sentido es mínimo, por no hablar de las especies con las que trabajamos, totalmente contrastadas, un ejemplo es el siitake, una de las primeras que con las empezamos, es una seta que a nivel gastronómico cada vez se utiliza mucho más en el mundo occidental, con un valor culinario increíble y que además incluye sustancias que en algunos casos nos ayudan a luchar contra la hipertensión, el colesterol etc.