Un mapa político inalterado desde hace lustros. Los vecinos de varios municipios de la comarca han vuelto a apostar por sus veteranos regidores. Alcaldes que, en algunos casos, gobiernan desde la década de los años 80. Julio Sayáns, tras 28 años en el poder, está a punto de iniciar su octavo mandato en Campo Lameiro. Pero otros compañeros suyos del Partido Popular también se han convertido en auténticos "clásicos". Roberto Vázquez, en Portas, y José Landín, en Barro, estarán al frente de sus municipios un mandato más y serán investidos como regidores por sexta y séptima ocasión, respectivamente.

Sayáns será a partir de junio, cuando se ponen en marcha las nuevas corporaciones, como el mandatario local con más experiencia de la comarca. Hasta ahora compartía esa condición con José Eiras, pero el socialista anunció su retirada antes de los comicios y ahora afronta, como alcalde en funciones, sus últimos días al frente del Concello de Moraña.

Sentencias

La amplia mayoría absoluta que ha reeditado Sayáns en Campo Lameiro también se ha vuelto a repetir en Portas. El edil conservador ha completado dos decenios de mandato, viviendo uno de los momentos más delicados en este último mandato. En 2010 tuvo que recurrir una sentencia en la que se le inhabilitaba un año por contratar a sus propias empresas desde el Concello. Luego se le absolvió. Pese a ese episodio, Roberto Vázquez no vio mermado el número de ediles.

José Antonio Landín sería, de no ser precisamente por problemas con la Justicia, el que seguiría a Sayáns como regidor con más años en el cargo dentro de la comarca. Fue elegido por primera vez en 1983, pero una sentencia por prevaricación le impidió dirigir el municipio de manera ininterrumpida. Su mujer María Teresa Roig ocupó el puesto durante ese período y como es habitual se hablaba del poder en la sombra que ejercía el ex regidor.

Los tres más veteranos

Estos son los tres alcaldes, reelegidos el pasado domingo, que más años de gestión acumulan a sus espaldas. Pero en el entorno de la ciudad del Lérez hay más ejemplos de dilatadas trayectorias. Jorge Canda, en A Lama, acaba de cumplir sus primeros 16 años y, si nada se lo impide, alcanzará los 20. Eso sí, después de cambiar de siglas: empezó como regidor del PSOE y ahora acaba de lograr un nuevo triunfo como imagen del Partido Popular.

En sus comienzos políticos también pasó por el CDS de Adolfo Suárez. Ese cambio de ideología no parece generar ningún tipo de duda entre la población de A Lama, donde consiguió casi el 60% de los votos el 22-M y por consiguiente cabe pensar que a la población de este municipio poco le importa el partido, si no el hombre, el candidato.

Alcalde progresista

Por su parte, el nacionalista Luciano Sobral está a punto de convertirse, cuando Eiras deje su puesto al frente del Ayuntamiento de Moraña, en el alcalde progresista que más veces ha ganado en esta zona central de la provincia. Sobral iniciará su quinto mandato. Lo hará después de aumentar representación con respecto a 2007 y quedarse a las puertas de la mayoría absoluta. A lo largo de esta semana apuntó que será la militancia y los vecinos los que decidan si puede haber o no un sexto. Parece haber renacido tras su traspiés en los pasados comicios

Saga en Ponte Caldelas

Otro que va camino de convertirse en uno de los alcaldes incombustibles es Perfecto Rodríguez. A sus 42 años se prepara para iniciar el tercer mandato como dirigente de Ponte Caldelas. Su política durante el último cuatrienio se ha visto reforzada al incrementar en un concejal la representación del Partido Popular.

Los conservadores lograron nueve ediles, más del doble que PSOE y BNG juntos (dos cada uno). Así refrenda la histórica preferencia de los habitantes de este municipio por un programa del Partido Popular.

En este caso la trayectoria de la formación "popular" viene desde el inicio de la democracia. Su padre, Fidel, gobernó el ayuntamiento desde las primeras elecciones democráticas hasta 2002, cuando nombró a su hijo como candidato.

Todas estas victoria de estos seis alcaldes incombustibles hacen que sus opositores, en alguno casos, tengan que poner fin a sus carreras políticas antes de tiempo. El ejemplo actual lo puede marcar el líder local del PP de Poio, Javier Domínguez que ha pasado de ganar las votaciones, aunque no gobernó, en el anterior mandato a quedarse a un concejal del BNG. Por contra, socialistas y nacionalista hincan la rodilla ante sus adversarios clásicos en el interior de la comarca pontevedresa.