Hace sólo diez años el comprador interesado en adquirir una vivienda en el centro histórico de Pontevedra apenas disponía de oferta. Hoy varios edificios ubicados en la calle Real, Puente o Padre Sobreira ofrecen alternativas para diferentes presupuestos, pero aquellos que busquen (y puedan permitirse) algunas de las viviendas más exclusivas también se encontrarán un amplio catálogo en el que elegir.

"Es un momento excepcional porque no son viviendas que suelan salir al mercado, no son ofertas ordinarias tanto por razones de propiedad como porque son productos de consumo poco habituales", explica Javier Tovar, cuya agencia gestionará la venta de la segunda planta de Villa Pilar.

Es un diagnóstico en el que coincide Enrique Ramírez, del grupo Pirsa, propietario de varios de los principales inmuebles históricos de lujo a la venta en el centro histórico. "Son excepciones en el mercado, básicamente porque la venta de estas mansiones depende de muchos factores familiares, de que se quiera ponerla a la venta, y a mayores no hay muchas propiedades de este tipo".

Es el caso del edificio noble del siglo XVI situado en la calle Isabel II, en las inmediaciones del cruceiro de las Cinco Calles, una mansión que ha sufrido diversas transformaciones y que ha sido tasado en un millón de euros.

Su comprador dispondrá de un completo estudio histórico que lo anime y de ideas para la restauración de sus 300 metros útiles, a mayores de la finca de 700 metros, uno de los escasos jardines privados del centro histórico.

Tendrá que hacer frente a una hipoteca draconiana (de más de 900.000 euros) y al proyecto de restauración, que sin duda obligará a un importante desenvolso. En este sentido, Enrique Ramírez destaca que "lo lógico cuando se adquiere una propiedad de estas características es acometer una gran rehabilitación que ponga el valor todo el potencial de la casa, que en este caso es muchísimo".

A sólo unos metros, con vistas a los jardines del Parador, se encuentra otro edificio noble también en venta, en este caso con tres fachadas y repartido en bajo y dos plantas.

Si el cliente prefiere evitar las obras y se decanta por un piso, la opción más exclusiva es el edificio Herrería, completamente restaurado según un proyecto del arquitecto César Portela y en el que disfrutar de un amplísimo catálogo de novedades domóticas, amén de las vistas sobre la plaza más emblemática de la ciudad.

En este caso los precios difieren según el tipo de vivienda, pero podrían rondar los 300.000 o 400.000 euros en un edificio dotado de las máximas calidades en construcción, carpinterías, intalaciones etc.

Si se eleva la inversión hasta situarse en torno a los 600.000 euros una buena opción puede ser otra de las viviendas históricas que sale a la venta en estas fechas, la segunda planta de Villa Pilar, construído en 105, como reza en su fachada.

Se trata de un piso de 250 metros cuadrados al que se accede desde la hermosa escalera de mármol de Carrara, uno de los excasísimos interiores de la época que se conserva en Pontevedra. Y es que más allá del lujo, los futuros propietarios valoran la oportunidad de recuperar o, cuando menos, alejar del olvido una parte de la historia.