El mal tiempo y unas previsiones meteorológicas en todo momento desalentadoras y, en menor medida, el conflicto de los controladores echaron por tierra las “buenas expectativas” turísticas de la provincia de Pontevedra para el puente de la Constitución que se saldó finalmente con una campaña “mediocre”, según la definición hecha por José Manuel Figueroa, presidente del Patronato de Turismo Rías Baixas.

“Hubo cancelaciones desde Madrid y el País Vasco por el caos de los aeropuertos pero, sobre todo, hubo un sin fin de marchas atrás por la nieve y la lluvia ya que la mayoría de nuestros visitantes iban a ser de proximidad y por tanto llegarían por carretera” explica José Manuel Figueroa, antes de recordar que el grueso de los potenciales clientes de los servicios hosteleros de Pontevedra llegan desde las dos comunidades autónomas citadas y también desde Asturias, Castilla León y el norte de Portugal.

De acuerdo con el balance del puente de diciembre que hace el Patronato Rías Baixas, organismo vinculado a la Diputación de Pontevedra, los resultados fueron “especialmente malos” para el llamado turismo rural; “malos” para los establecimientos de las dos principales ciudades de la provincia: Pontevedra y Vigo y “muy limitados” para otros puntos habituales de concentración turística como,l por ejemplo, Sanxenxo, O Grove, Cangas y Baiona.

En este contexto de fracaso tan sólo un subsector turístico se habría salvado de la quema: el articulado en torno a la oferta de salud, belleza y bienestar que hacen los balnearios, centros de talasoterapia y spa de la provincia (más de 300 manantiales catalogados, con alrededor de 2.500 plazas en alojamientos adscritos).

Éxito termal

Estos establecimientos -que bien mantuvieron los precios del mes de noviembre o bien sacaron al mercado tarifas especiales para el puente de la Constitución - alcanzaron una ocupación de “entre el 70 y el 75%”, informaba ayer el presidente del patronato provincial. Una tasa alejada, sin embargo, de la registrada hace tan sólo un año cuando el índice de ocupación en los centros termales había llegado a ser del 98%.

Buena parte del éxito del turismo termal hay que vincularlo, reconocen fuentes del sector, con el hecho de que buena parte de la clientela son gallegos que aprovechan un fin de semana o un puente, en este caso, para disfrutar, haciendo sólo un pequeño desplazamiento, de unos días de descanso y relax, de buena gastronomía y del contacto con la naturaleza,

Al moderado buen resultado del turismo termal se contrapone el “fracaso” de la oferta de turismo rural “cuyos casas y establecimientos no llegaron ni al 40% de ocupación”, de acuerdo con los datos del Patronato Rías Baixas. Una situación que no coge desprevenido a José Manuel Figueroa, consciente de que esta modalidad mantiene desde algo más de dos años una tendencia sostenida a la baja.

La mini-campaña del puente de la Constitución dejó en los hoteleros y hosteleros de Pontevedra y Vigo un sabor amargo: un índice de ocupación del 40 y el 35% respectivamente, tal como reflejan los datos constatados por el Patronato Rías Baixas, y un gasto medio “muy moderado”.

El nivel de ocupación fue superior en los hoteles de otras localidades eminentemente turísticas de la provincia que abrieron sus puertas para aprovechar el puente de la Constitución. En este sentido José Manuel Figueroa enumeró las siguientes cifras: Sanxenxo, un 60% de ocupación; O Grove, un 65%; Cangas, apenas un 50% y Baiona, alrededor del 60%.

El sector turístico de la provincia había puesto sus esperanzas en el puente de la Constitución (el más largo de los últimos años) para recuperar parte de una campaña anual lastrada por la crisis, máxime cuando las reservas y las consultas hacían prever un resultado muy satisfactorio. Lo que no ocurrió. Ni el tirón final del Xacobeo, ni los reclamos gastronómicos, paisajísticos o culturales fueron suficientes para que los visitantes desafiasen el mal tiempo y mantuviesen sus planes de viajar por carretera. “Falta por cuantificar el porcentaje de cancelaciones por el caos de los aeropuertos”.

Cuarto trimestre

A pesar del fracaso de la mini-campaña del puente de la Constitución el balance turístico del cuarto trimestre del año es “positivo”, recalca José Manuel Figueroa pues, a pesar de la crisis y la estacionalidad del sector, acabará con una ocupación hotelera media de en torno al 63%. “Siete puntos por encima de la media registrada en el cuarto trimestre de 2009”.