Hay que distinguir las “pandillas” de jóvenes con “conductas incívicas” en torno, por ejemplo, a determinados espectáculos deportivos, de las tribus urbanas violentas (grupos con una estructura jerarquizada y unos fines que no están de acuerdo con la ley). Era la reflexión que ayer hacía el comisario provincial de Pontevedra, José Manuel Salgado, ante un centenar de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), en la clausura del curso de formación sobre “Tribus urbanas” en el que durante tres días los asistentes analizaron la realidad de los movimientos radicales y cómo combatirlos, desde la prevención a la represión.

El seminario de formación estaba organizado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y su único ponente fue el investigador David Madrid (seudónimo) que estuvo infiltrado en grupos radicales, como los Ultrasur, y cuya experiencia comparte ahora con sus compañeros.

En cualquier lugar

En las jornadas sobre tribus urbanas se sostuvo la tesis de que los movimientos radicales pueden brotar y/o consolidarse en cualquier lugar y en cualquier momento. Una advertencia que no impidió al comisario José Manuel Salgado afirmar que “yo no veo elementos preocupantes en esta ciudad o provincia” en cuanto a un fenómeno que calificó de “incipiente”.

Asumía, eso sí, que es un fenómeno que “está en evolución” y por eso aplaudía iniciativas del SUP como la del curso a cuya clausura asistía porque contribuyen a “estar preparados” ante nuevas modalidades delictivas.

Igualmente se declaraba consciente de que “la actuación de algunos jóvenes violentos amparándose en la masa (por ejemplo en un partido, un concierto o una manifestación) da una sensación de mayor número y poderío”

Salgado, al igual que había hecho con anterioridad David Madrid, recalcó que no se pueden etiquetar todas las tribus urbanas como grupo violentos pues sería distorsionar la realidad.

“Tribus urbanas se consideran a los moteros, a los pijos, a los heavy, personas unidas por una manera de vestir, de actuar o una afición común, y cuya actividad no tiene para nada connotación delictiva” ejemplificaba el comisario quien, aprovechó la ocasión para lanzar una advertencia: “Hay una cierta tendencia a criminalizar a personas de una misma nacionalidad (en clara alusión a los latinoamericanos) que se reúnen en un sitio para escuchar música o bailar y esto no constituye una tribu urbana”.

Movimientos ideologizados

Incidentes y enfrentamientos entre grupos de jóvenes de ideologías enfrentadas (radicales independentistas y ultras nazis) fueron también relativizados por el comisario, que los define como “hechos puntuales”. Esta valoración es cuestionada por numerosos miembros de la Policía Nacional que están de manera permanente en la calle quienes han advertido y advierten que estos episodios violentos van en aumento y que si no se atajan en esta fase inicial puede alcanzar dimensiones muy peligrosas.

Desde el SUP se ha reclamado, en distintos foros, una intervención más decidida en este campo desde todas las vertientes: policial pero también desde la prevención, y la educación en valores.