Ni el largo y tortuoso proceso ni los engorrosos trámites burocráticos o los más de tres años de espera desaniman a las numerosas familias gallegas que adoptan en el extranjero: solo durante el pasado año 600 de ellas iniciaron los trámites y llegaron a la comunidad 221 menores procedentes de otros países. A ellas se dirigió ayer la jornada organizada por la asociación "Manaia" y en el que se abordaron temas como la adopción interétnica.

—¿A cuántas familias agrupa "Manaia" y en general cómo es en cifras el panorama de la adopción en Galicia?

—"Manaia" reúne en la actualidad a aproximadamente 60 familias, pero en cuanto a datos sobre la adopción en Galicia lo cierto es que los desconozco, no son datos de los que se pueda disponer directamente y además se emiten con un cierto retraso.

—¿Es excesivamente complejo el proceso de adopción en España?

—No, no lo creo, la complejidad que pueda tener la adopción es porque es un tema de gran trascendencia, de ese proceso depende el futuro del niño y por tanto requiere unos protocolos y unos procedimientos que nos pueden parecer efectivamente engorrosos pero que tienen una finalidad muy concreta que es garantizar el futuro, la vida, de esa criatura, por lo tanto entiendo que la complejidad supuesta de los procedimientos está plenamente justificada, independientemente de que todo lo que sea agilizar los trámites es positivo porque también redundará en beneficio de los menores.

—Este es un país a la cabeza del mundo en adopciones internacionales

—Si, en términos relativos es el primero o el segundo, sin duda de los primeros con Estados Unidos, Canadá y quizás Francia, somos un país en donde hay desde hace aproximadamente 10 ó 15 años un gran número de adopciones internacionales y creo que además es una tendencia que se mantiene.

—La adopción está rodeada de toda una serie de frases hechas (determinada procedencia se asocia a enfermedades, los índices de fracaso escolar son superiores...) ¿son realidades a afrontar o tópicos que descartar?

—Lo cierto es que la mayor parte de esas frases hechas son tópicos, no responden a la realidad, el porcentaje de fracaso en la adopción es pequeñísimo y cuando más riesgos comporta una adopción mayor grado de satisfacción suele ocasionar tanto al niño como a la familia, es algo que está demostrado, no algo que yo me esté inventando. Los tópicos en este caso son bastante frecuentes pero falsos y ante ellos lo que hay que hacer es, por un lado, llevarlos (risas) con la mayor paciencia posible y, por otro, tratar de educar a esta sociedad que es cada vez más multicultural, más variopinta y tiene que aprender a asimilar que es un hecho natural el que haya niños de distintas razas, orígenes y culturas y no por ello dejan de ser normales. Ahí tenemos una gran labor didáctica que, entre otras, es una de las tareas que le toca a una asociación como "Manaia", tratar de concienciar a la sociedad de la normalidad que supone una adopción y facilitar la integración de los niños en la sociedad.

—Porque la realidad es que la mayor parte de las historias de adopción son historias de éxito

—Efectivamente, esa es la realidad: la gran mayor parte de las historias de adopción son éxitos, pero como suele ocurrir no son noticia y sí cuando son problemáticas o hay un fracaso, pero la inmensa mayoría de los procesos de adopción son positivos. Le diré más: cada vez con más frecuencia se tramitan procesos de adopción de niños con necesidades especiales, hablo sobre todo de niños con edades superiores a los 5 años o bien con algún tipo de problema de salud o discapacidad; esas adopciones siempre, siempre, son de éxito y de una satisfacción maravillosa en las familias que reciben a esos niños. Creo además que ese es el futuro de la adopción, porque no debemos olvidar que en el mundo hay aproximadamente 3 familias en disposición de adoptar por cada niño que necesita ser adoptado, esas familias están en lista de espera. Lo que ocurre es que el perfil que normalmente demandan esas familias es el de un bebé, como mucho un niño de hasta 3 años, y sano, pero a esas familias muchas veces no se les facilita información acerca de lo maravilloso que es la adopción de un niño de mayor edad o que tenga algún tipo de problema de salud, por eso digo que es el futuro de la adopción, porque esos niños tienen por lo menos el mismo derecho que los demás a tener una familia y en la práctica está demostrado que esas adopciones reportan enormes satisfacciones a las familias.

—¿Plantean las adopciones internacionales retos añadidos? ¿Cómo es el proceso de la integración?

—Si, la adopción en si es un reto muy importante porque se trata de darle a una criatura la familia que no tiene por las razones que sea, darle calor, educación y todo lo que necesita, que es un reto maravilloso, más o menos como el tener un hijo biológico pero efectivamente con componentes añadidos, cierta dificultad que al mismo tiempo también hace que sea más apasionante. ¿La integración? Si hablamos de un niño procedente de una adopción internacional tiene unas ciertas dificultades, sobre todo si se trata de un niño de una cierta edad, soporta problemas añadidos por razones de idioma, de procedencia, costumbres, alimentación, clima etc. Y cuando mayor sea el niño más compleja puede ser la adaptación, pero en general he de decir que la experiencia nos dice que los niños se adaptan muy bien, nos cuesta más a los adultos, cuando una familia adopta a un niño éste también tiene que adoptar a la familia y el niño es mucho más sencillo que nosotros los adultos, que nos fijamos mucho más en las dificultades, diferencias y problemas que en los aspectos positivos. Por el contrario ellos se fijan mucho más en lo que están ganando que en las dificultades que puedan presentarse en el camino.